¿Juai de vino?

¿Con esa boquita comes? Me han hecho infinidad de veces esa pregunta. Y la verdad me divierte mucho escucharla, porque desde que tengo uso de razón siempre he dicho las cosas como las pienso y poder hacerlo explícitamente en mi idioma, tal vez uno de los más floridos de todos, me fascina.

Tal como cuando Salma Hayek trata de explicárselo a Jimmy Kimmel en su programa, es simplemente delicioso maldecir en español. Sé perfectamente que para muchos soy una irreverente, pelada o vulgar, pero al mismo tiempo también sé que muchos otros se identifican o entienden de forma más cotidiana mi forma de expresarme. Y estoy segura de ello porque al que antes era el primero que se le desorbitaban los ojos cuando me escuchaba o leía, ahora es el primero en aplaudirme las peladeces de carretonera feliz. ¡Gracias papito!

Soy y seré siempre alguien que se siente orgullosa de sus raíces, su cultura y por supuesto su lenguaje. Por lo que no puedo simplemente ignorar las cosas que suceden a mi alrededor, porque son más fuertes que yo.

Como las incongruencias de muchos que dicen amar y difundir el vino mexicano. Por favor no se sientan aludidos, lean y traten de comprender.

Son ya muchos años en contacto con la industria del vino, sobre todo el que se produce en nuestro país, o sea VINO MEXICANO. Y no termino de entender los anglicismos que siempre se han utilizado y se han ido incrementando conforme el vino va ganando más “fanses” (entiéndase aficionados).

Desde “guainmeiquers” o “guainlobers” hasta “influensers” que “#lobdeirllobs”, están llenas las redes sociales. No sé si creen que utilizando palabras en “inglich” los hace ver más “nais” o importantes. Porque, para empezar, aunque hay países de habla inglesa que elaboran grandes vinos, en los países más representativos y referentes en la elaboración de vino se habla francés, español (castellano) o italiano.

Hablan o escriben de vino de México, usando palabras que quizás ni entienden con la intención de proyectar un conocimiento universal. Es tan irracional que a estas alturas mejor me río y hasta terminan haciéndome el día. Y como diría el “ticher”: “¿Juai de vino?”. Por favor “neberchench mai dirs”.

En otros temas mucho más importantes, como la gran polémica y alboroto con las actividades que no van con la vocación del Valle. Yo apoyo y apoyaré siempre lo que se traduzca en beneficio de la población y su entorno. Y aunque estamos obligados a defender lo que amamos y evitar situaciones irreversibles, no debemos cegarnos a cuestiones que podrían resultar benéficas.

Mi adorado Valle, es cuidado por muchísimas personas que lo amamos, pero este amor no debe de opacar o minimizar otras cosas que están sucediendo en la zona vinícola más importante de México.

Trataré de explicarlo muy simplificado como lo hice con unos amigos que quieren ir a conocerlo y me preguntaron si es muy caro, a lo que yo contesté: “En los restaurantes más emblemáticos y lindos del Valle, te sientas, respiras, pides el menú y ya debes 2500 pesos”.

Y es que sí, no sé si sabían, pero uno de sus hoteles boutique, fue comparado con un hotel muy exclusivo en Dubai por el exorbitante precio de sus habitaciones. Entiendo que es un lugar hermoso y cotizado, pero, así como hay un reglamento que se debe cumplir en el cuidado de la tierra, también deberían de fijarse en los exagerados precios a los que están llegando algunos lugares, que creo están dirigidos al turismo extranjero, porque definitivamente para el nacional y sobre todo el local, claramente no son accesibles.

Esto también es muy triste porque es México de lo que estamos hablando. De qué sirve defender unas tierras mexicanas si ni nosotros mismos podemos tener acceso a ellas y disfrutarlas. A lo que entonces también podemos decir “¿Juay de praices? ¡No mameishon!”.

Para que no digan que sólo somos nosotros, ayer fui invitada a un evento que me dejó con la boca abierta de la calidad de la comida y los vinos de España donde encontré el mejor jamón Ibérico que he probado, además de grandes amigos, pero que se llamaba “Eat and drink Spain” en pleno corazón de la Ciudad de México…

En fin, cada quien se expresa como quiere o puede, por lo pronto nos leemos en la próxima. “Si llu leiter!”.

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