BUFADORA

A pesar de la pandemia, 2021 concluye con saldo positivo para los ensenadenses, por la sencilla razón de que sobrevivimos como sociedad y aprendimos a salir adelante en medio de la incertidumbre, el dolor por la pérdida de seres queridos y la ya recurrente crisis económica, que se acentuó por las afectaciones ocasionadas por la emergencia sanitaria.

También destaca el presente año por la gran cantidad de obras que comenzaron a realizarse en la mancha urbana de este puerto, y aunque casi todas se encuentran todavía en proceso y registran retrasos importantes en su construcción, la ventaja es que la ciudad ofrecerá en su momento una imagen restaurada.

Por si fuera poco, se logró en días pasado definir el sitio donde se edificará el nuevo hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y pronto será historia el denominado “tramo de la muerte” Chapultepec-Maneadero.

En lo político tampoco fue un mal año, porque las elecciones de desarrollaron en un ambiente de civilidad y tranquilidad social, lo que permitió que los órganos de gobierno se integrarán de manera pacífica. La protagonista fue Marina del Pilar Ávila Olmeda, quien se convirtió en la primera mujer en ganar la gubernatura de Baja California.

Lo malo
Aunque el número de asesinatos registrados en este 2021 fueron menores a los de 2020, de todas maneras, sigue siendo un promedio muy alto para una ciudad como la nuestra, que antes de 2016 se ufanaba de ser el municipio más seguro de noroeste del país.

Cumplimos entonces cinco años consecutivos de padecer la peor escalada de violencia en los anales policiacos de Ensenada, circunstancia que pasó a un segundo plano por el Covid-19, pero que no deja de ser un grave problema, al que por desgracia nos vamos acostumbrando.

La seguridad pública, después del tema del abasto de agua, no fue una prioridad para las autoridades de los tres órdenes de gobierno, que, si bien todos los días muy temprano se reúnen en lo que se conoce como “mesas de seguridad”, en los hechos no se observa un combate efectivo contra la delincuencia organizada, y mucho menos se percibe una estrategia inteligente y valiente.

 La mancha urbana se ha transformado en el escenario de guerra entre los cárteles de la droga que busca el control de la plaza, y los encargados de los cuerpos militares y policiacos no saben o no quieren enfrentar este flagelo. Lo peor es que el fiscal general de la república, Alejandro Gertz Manero, no se ha preocupado en visitar Baja California en lo que va del presente sexenio, y la FGR es una mala copia de la desparecida PGR.

Lo feo
Alarma y decepciona que en este clima de inseguridad los integrantes de la clase política en el poder a nivel estatal y municipal, pierdan su tiempo en dimes y diretes.

Siendo todos del mismo partido o alianza que triunfó en las elecciones locales y federales intermedias, se esperaba que privilegiaran los acuerdos, que hubiera una efectiva coordinación e implementaran una perceptible austeridad republicana, pero tristemente se han enfrascado en un pleito por el control de Morena y los contratos en el gobierno. ¿Cuándo se dejarán de grillas?

El asunto del suministro de agua, que es prioritario, sigue sin atenderse, porque es tiempo que no definen si se resolverá construyendo una gigantesca planta desaladora, a través del reúso de aguas tratadas o con campañas que en verdad fomenten una cultura de ahorro del vital líquido, entre otras soluciones, que se entiende no saldrán en cinco centavos, sino en miles de millones de pesos.

 Y de la generación de energía menor ni hablamos, porque el peor enemigo de Baja California es el director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, quien tampoco ha venido a la entidad y se opone a los proyectos alternos para producir electricidad.

La esperanza
Si es cierta la frase de que todos los pueblos tienen el gobierno que se merecen, 2022 es la mejor oportunidad para que los dirigentes de las cámaras empresariales, colegios de profesionistas, asociaciones no gubernamentales y la comunidad científica de Ensenada, se una para elaborar la agenda de lo importante para nuestra ciudad y municipio, y emplacen a las autoridades a que la cumplan. Urge que asuman su verdadero liderazgo, es cuestión de voluntad.