LA BUFADORA

BUFADORA

Por: El Mosquito
sábado, 4 de diciembre de 2021 · 00:00

 
Sin el manto protectora del gobierno de Jaime Bonilla Valdez que tuvo los dos años de su primer periodo como alcalde, Armando Ayala Robles ha iniciado la caída.

Enfrentado mediática y políticamente con la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, y alejado, muy alejado del gobierno federal, además de burlarse del Congreso del Estado, Ayala Robles abre frentes con líderes de opinión en Ensenada, persigue empresarios, provoca cierre de restaurantes y negocios diversos, emplaza a los productores del Valle de Guadalupe, y de paso, eleva la tasa del impuesto predial en el que todos deberán pagar el doble o más de lo que cubrieron en 2020.

No hay despensas, ni tabletas ni mañaneras que alcancen a detener la caída. Su ángel de la guarda se ha ido, pero él no se ha dado cuenta.

La 4T, la que impulsó e inició desde antes de la elección presidencial el ex gobernador Jaime Bonilla, comienza a ser relegada del espectro de la política, sin áreas de influencia.

Ya decíamos ayer, hasta el ex poderoso secretario del Trabajo, Sergio Moctezuma, ahora legislador, es ninguneado por el líder de los burócratas, Manuel Guerrero, también diputado local.

No se trata de mal desempeño del alcalde. Por el contrario, tiene muchas y distintivas áreas que presumir, en especial de servicios públicos.

El problema es de actitud, de oficio político y de pies sobre la tierra. Independientemente de sus pendencias y confrontaciones con el sector empresarial, el ex gobernador Jaime Bonilla fue un mandatario que para muchos ensenadenses fue bueno. Les cumplió, punto a punto, el extenso cárdex de compromisos hechos con la población que más votos le ha dado a la 4T, los pobres.

Por eso, el problema no es, como pudiera pensarse, la influencia del “bonillismo”, sino que se trata de oficio político, de formación, carácter, madurez por parte de quien va en su segunda oportunidad al frente de la comuna, aunque ya sin la red de protección.

La caída del alcalde Ayala seguramente afectará a Morena en los votos de una elección que está lejísimos, y quien sabe si al nivel de hacerle perder elecciones, pero donde sí llegará la onda expansiva será en sus relaciones humanas y sociales, como ya se saben casos de ex alcaldes que de plano destruyeron su círculo social y la -mucha o poca- reputación lograda a fuerza de estar y hacer en Ensenada.

No se ve, en el corto plazo, un cambio de la forma de hacer política. Ayala baila, aplaude, pone a danzar a sus colaboradores, tocan la marcha a Zacatecas en sus eventos, colocan escenarios de artista, llevan aplaudidores, pone barquitos en los baches de la Cespe, y así, de plano, le construyen un universo paralelo donde él, su oficina, los suyos, son el mundo existente. Por eso se pelea y usa los recursos públicos y humanos contra quienes él considera sus enemigos, cual molinos de viento del ingenioso hidalgo.

¿Sin oposición?

 Desde hace tres años el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador diariamente les dedica reclamos y acuses a los gobiernos anteriores del PRI y el PAN, mientras los analistas de todos colores suponen que en México no existe oposición.

Mismo caso en Baja California y Ensenada. Los números electorales lo ratifican, la oposición quedó reducida a su mínima expresión, en el caso del PRI, a nivel de apurado registro.

Eso, ahora, tiene algunos asegunes. No hay oposición, porque no hay liderazgos.

Hace tres días el diario Reforma publicó una encuesta de los prospectos al 2024. La encuesta no era para saber quién podía ganar la elección -y si lo entendieron así, mal hecho, porque ni AMLO, Fox o Calderón estaban como favoritos tres años antes- sino la idea era, saber quiénes estaban en el ánimo de los ciudadanos para el 2024.

Caballo negro

 El caballo negro fue Luis Donaldo Colosio Riojas, recién estrenado como alcalde de Monterrey por Movimiento Ciudadano.

Entonces, es complicado decir que no hay oposición que le dispute la presidencia de la república a Morena, sino que no había liderazgos capaces de contender de tú a tú con Morena. Y ni modo de decirle prianista a Luis Donaldo Junior. Primero porque viene por MC y segundo porque la parte del PRI que rememora Luis Donaldo es la del crimen y tragedia, no de la corrupción, propiamente. Atention please.

Mismo caso en Baja California y Ensenada. No hay liderazgos, pero eso no significa que el vacío sea eterno, especialmente con tantos cuerpos y heridos en el campo de batalla.
 

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