BARÓMETRO POLÍTICO

Sin renovables no hay renovación

Por Susana Silva Gallardo*
martes, 23 de febrero de 2021 · 00:00

A estas alturas, si algo se puede decir de la Administración Federal es que nomás no suman aciertos. Esto luego de que la semana pasada el norte y noreste del país sufriera una serie de cortes al suministro de electricidad, lo que ocasionó una oleada de apagones en estados como Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Sonora y Chihuahua.

A modo de explicación, las instituciones pertinentes -Cenace y CFE- manifestaron que la situación se debió a las extremas condiciones climáticas que han sufrido el norte de México y el sur de Estados Unidos en conjunto.

Las bajísimas temperaturas registradas a causa del vórtice polar han causado estragos en miles de ciudades, donde no solo se han sucedido cortes de electricidad y agua, sino que también ha causado decenas de muertes en ambos países.

Para el caso mexicano, país que depende en gran parte de la importación de combustibles fósiles, el apagón se dio principalmente por un déficit de generación ocasionado por la paralización del suministro de gas natural, el cual es provisto en gran parte por el estado de Texas, uno de los más afectados por las heladas que se registraron.

Si bien la situación queda en gran parte fuera de las manos del gobierno, al tener como raíz un fenómeno meteorológico que ha desconcertado a los expertos por su magnitud, sí deja de manifiesto dos temas importantes para el futuro de México: el cambio climático y la política energética.

Estos temas, a diferencia del primero, sí que están en las manos del gobierno actual y poco se ha hecho por adoptar medidas contundentes que busquen abarcar ambos problemas, sobretodo el de la transición energética hacia los renovables con miras a disminuir la dependencia del país a los hidrocarburos.

López Obrador, desde su agenda política, ha demostrado bien claro cuáles son sus prioridades. Lamentablemente, estas se han centrado más en la austeridad y el crecimiento del papel del ejército. Por ahora, son limitados los resquicios desde donde se trabaja a cabalidad en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, teniendo en cuenta que son directrices transversales a toda Secretaría e instancia pública del gobierno -además del sector privado y la sociedad civil-, y no solo un tema de la SRE, o de Semarnat.

Al mismo tiempo, no solamente se necesitan más propuestas que sirvan a la conservación de fuentes importantes de recursos como las cuencas hidrológicas o los bosques; se necesita empezar a trabajar en el componente social/medio ambiental visto a través de un lente de justicia.

No sirve incentivar la construcción de granjas eólicas cuando el suelo donde se crean son producto del despojo de tierras. De nada sirven aquellos megaproyectos para energía geotérmica, hidroeléctrica o solar fotovoltaica, si se realizan obviando los impactos sociales y a costa de las comunidades aledañas.

Por toda regla, si la Administración actual busca la tan ansiada renovación del país, lo que ellos catalogan como la Cuarta Transformación, entonces deben entender que el futuro de México debe ser renovable, y de acuerdo al panorama que se nos presenta en materia de cambio climático en el corto y mediano plazo -por ya no hablar del largo-, eso ya no es negociable.

*Lic. en Relaciones Internacionales por el TEC de MTY campus Guadalajara

susanasilvag96@hotmail.com
 

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