Basura, violencia y pavimentación

No solamente resulta increíble la operación de arrendamiento de camiones recolectores de basura, al haber pagado sesenta millones de pesos por ello, sino que la más elemental operación matemática descubre la falsedad de dicho arrendamiento o la incapacidad para negociar lo medianamente conveniente para las finanzas municipales.

Con un valor promedio de cada vehículo de ese tipo, de un millón de pesos, semi nuevo, (valen menos), se podría sin duda, adquirir una flotilla de unidades que darían servicio a la ciudad de Ensenada y la zona rural del municipio (incluyendo San Quintín).

Han sido muchos los actos de incorrecta administración del Ayuntamiento, por la soberbia evidente del guía municipal. Sin embargo, la renta de esos camiones recolectores de basura, a ese precio, resulta un verdadero atraco y burla a los contribuyentes y ciudadanos de esta demarcación.

Paulatinamente, a partir de esta semana, la administración central municipal ha empezado a concentrar los camiones recolectores de basura, de la zona rural, especialmente los de San Quintín; es de suponerse que al concluir el plazo del arrendamiento, sea necesario substituir las unidades con los que son propiedad del municipio.

Creo la ciudadanía está perdiendo la capacidad de reclamo y señalamiento de lo incorrecto respecto de lo que los funcionarios hacen. Son tantas las carencias de servicios, que la gente no sabe cómo requerir su cumplimiento o quizás se cansó de pedir, sin recibir.

La simulación de los sesenta millones de pesos debería ser suficiente para que los ciudadanos tomaran indefinidamente el edificio municipal, hasta cancelar ese despojo al erario. Sin embargo, otros males probablemente más graves distraen la atención.

La violencia exacerbada tiene amedrentados a los ensenadenses; haberse convertido prácticamente en la ciudad más insegura del país, no es cosa menor. Lo atemorizante de esta situación es que el jefe político de la comuna, insiste diariamente que los delitos van a la baja y aquellos de alto impacto, no son de su competencia, sin embargo, los ciudadanos lo sufren cotidianamente.

Todos corren peligro, adultos, jóvenes y niños, mujeres y hombres. Ciertamente la clasificación de los delitos corresponde al ámbito federal, pero el jefe político es el presidente municipal y desde hace un año pregona lo mismo. Debe exigir contundentemente una solución; enviar “cartitas” evidentemente no ha funcionado, debe emprender otro tipo de acciones realmente contundentes.

Ahora, a mañana y tarde se publicitan eventos de inauguración de intenciones de pavimentar calles; luego otros de comienzo de las obras, pero solamente de tramos de media cuadra; al concluir, se hace otro evento señalando la terminación de la media cuadra.

La verdad es que contrario a lo declarado insistentemente, cualquier automovilista que transite por cualquier calle de la localidad, sufrirá al caer en la infinidad de hoyos existentes en toda la ciudad. Si el gasto invertido en los eventos publicitarios (en realidad de propaganda), que son cuatro diarios por lo menos, con veinte funcionarios de primero, segundo y tercer nivel acompañándole, además de los camarógrafos y ayudantes de logística y staff, se utilizara en la reparación de calles, se habría mejorado un poco la ciudad.

Si se suman las cantidades de dinero pagado por los espectaculares distribuidos en todo el Estado y en la propia ciudad de Ensenada, en la fallida campaña estatal, también se aliviaría un poco la posibilidad de poner más pavimento.

Comentario aparte merece el gasto en espectaculares, que son actos anticipados de campaña, aunque digan que ellos no los mandaron poner, todo mundo sabe que es un engaño y violación disfrazada a la ley electoral. ¿Dónde quedó aquello de “no mentir”?

Todos los funcionarios deberían recordar que son pasajeros y que los ciudadanos, siempre estarán ahí…

*El autor es jurista y promotor de economía solidaria

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