Preso precioso

Para quienes no vivieron aquellos años del priismo, resultará sumamente complicado entender por qué le llaman “el góber precioso” a un tipo tan feo, desagradable y asqueroso como el poblano Mario Marín. 

Ya sé que esto no es una clase de historia, pero vale la pena recordarlo. Resulta que cuando este sujeto era gobernador de Puebla, se dio a conocer una grabación en la que hablaba con un tipo todavía más asqueroso llamado Kamel Nacif, quien era señalado por la periodista Lydia Cacho de ser un pederasta y de formar parte de una red de políticos y empresarios que se dedicaban a prostituir a jovencitas. 

En aquella llamada telefónica, Nacif y Marín se ponen de acuerdo para la detención de Cacho a fin de amedrentarla para que dejara de publicar sus investigaciones. De hecho, la periodista sí fue detenida en Cancún y trasladada en coche, violando todos sus derechos, hasta Puebla. 

Y en medio de la plática entre ambos cerdos (con perdón de puerquitos), hay un momento en que Kamel Nacif así llama a Mario Marín: “Mi góber precioso”. Y en otra le dice: “Tú eres el héroe de esta película, papá”, luego de que el entonces gobernador se compromete a detener y maltratar  a Lydia Cacho. 

Esto ocurrió ya hace ¡15 años! y apenas ahora es que la FGR decidió detener a Mario Marín, precisamente por haber torturado a la periodista. ¿A eso le podemos llamar justicia? Evidentemente no, pero al menos es bueno saber que ese infeliz esta noche duerme en la cárcel. Ojalá que las pocas o muchas noches que le queden de vida (tiene 66 años) se las pase encerrado.

El otro lado
Si bien la aprehensión de Mario Marín es una buena noticia (siempre y cuando que se quedé en el bote), por el otro lado antier el gobierno de la 4T volvió a hacer uno de sus circos judiciales. Resulta que fue extraditado de España el empresario Alonso Ancira, supuestamente acusado de actos de corrupción con Pemex (¿remember Emilio Lozoya?) durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. 

Se suponía que Ancira era uno de los hombre más buscados por la justicia mexicana, pues se había fugado a España cuando vio que querían echarle el guante. Y ya por fin ayer lo trajeron ¡y lo dejaron libre! 

El pretexto del gobierno es que un juez le concedió la libertad, pero la realidad es que la 4T pactó con el empresario una especie de mega soborno: tú nos das 200 millones de dólares y nosotros te dejamos ir. O al menos eso es lo que andaban presumiendo los abogados hasta hace unos días. Hay quienes dicen que es mejor que se “repare” el daño, cobrándole a los corruptos lo que se pueda.

Sin embargo, a largo plazo va a resultar peor el remedio que la enfermedad, porque los funcionarios ratas van a robar todavía máaas para quedarse con una parte y la otra entregarla como generoso pago al gobierno. Y así no se combate la corrupción: sólo se hace más cara.

¿Y AMLO?
Del ¡viva AMLO! pasamos al ¿vive AMLO? Ayer se cumplieron dos semanas de que el irresponsable del presidente comenzó a sentir los síntomas del Covid-19 y, pese a eso, se fue de gira a San Luis Potosí. Dos semanas en las que México ha podido disfrutar la paz y la tranquilidad de no tener a López Obrador hablando como merolico todas la mañanas. ¿Sería mucho pedir que sigamos así, no sé, hasta 2024?