Propuestas

Estamos en el umbral de las campañas políticas, nos visitarán candidatos a gobernadores, presidentes municipales, diputados federales y locales; regidores no, porque esos van “de pilón” en las planillas para ayuntamientos en las que ganen o pierdan, de todos modos, se colocan los primeros que proponen los partidos participantes.

Pronto estaremos recibiendo infinidad de mensajes, una feria de promesas en las que los aspirantes a gobernador vendrán a prometernos que ahora sí, habrá oportunidades educativas, salud, trabajos de calidad y buenos salarios, infraestructura, desarrollo, seguridad pública, mejor calidad de vida.

Nos ofrecerán justicia para todos, no subir los impuestos, transparencia, honestidad, rendición de cuentas, acabar con la impunidad, agua suficiente, manejo eficiente de los recursos públicos, no usar información privilegiada para negocios personales o de grupos, no beneficiar amigos ni familiares, no practicar el nepotismo y gobernar para todos.

Prometerán promover el deporte, desarrollo económico, prosperidad, apoyo a la pequeña y mediana empresa, proteger a grupos vulnerables como niños, madres solteras, ancianos y personas en situación de pobreza extrema.

Los candidatos a presidente municipal dirán que acabarán con la violencia, mejorar el alumbrado público, más espacios públicos y áreas verdes, campos deportivos y fomento al deporte, pavimentación, planchar las calles y dejarlas sin baches, mejorar la semaforización y señalización de la ciudad.

También prometerán no subir el impuesto predial, depurar la tramitología, realizar la mejora regulatoria, prevenir la delincuencia, invertir en seguridad pública, acabar con los moches, no tolerar actos de corrupción, apoyar al cuerpo de bomberos, actualizar el registro catastral, etc. etc.

Los aspirantes a diputados no tendrán empacho en prometer hasta lo que no es de su competencia como obras de infraestructura vial, de salud, educativa, deportiva, bajar impuestos, exentar de ciertas obligaciones a personas de la tercera edad, madres solteras, etc. etc.

Revisar sin consignas las cuentas públicas, acabar con la corrupción, castigar a los corruptos y una serie de mentiras más que terminan en sometimiento al ejecutivo y a intereses de sus partidos y liderazgos, que se encargan de negociar con los gobernantes usando como moneda de cambio los derechos e intereses de la población por votos a favor de los programas que interesan al gobierno en turno.

El desfile se vuelve interminable, pero, para bien o para mal, estas campañas estarán marcadas por la pandemia del Covid-19, lo que hace ver que habrá menos presencia física de los candidatos a todos los puestos en juego.

Las campañas serán principalmente a través de los medios de comunicación tradicional, alternativos como espectaculares y bardas, pero también y muy intensamente por las redes sociales por las que harán llegar sus propuestas de gobierno o legislativas.

El llamado a los candidatos es a reflexionar acerca de la honestidad con la que deben iniciar su camino a los puestos que aspiran; se requiere que se comprometan solo aquello que estará en la competencia de sus puestos y en sus posibilidades reales de cumplir.

Lo demás es vil mentira, mentir premeditadamente al elector es traicionar su confianza, ser desleal y desacreditar la política más de lo que ya está.

¡Ya basta!