BARÓMETRO POLÍTICO

Candidatos, no influencers

Por Susana Silva Gallardo*
martes, 20 de abril de 2021 · 01:28

La revolución del internet ha traído consigo la popularización de plataformas de redes sociales que, más allá de su función superficial de conectar a la gente, han sido aprovechadas por las personas para volverse virales.

En México, una de las formas en que se viralizan las cosas es a través de los conocidísimos “memes”, los cuales pueden llegar a ser compartidos por miles de personas en cuestión de horas en plataformas como Twitter y Facebook.

Esto, sin duda, es un recurso del que los políticos empiezan ya a percatarse. Por ello, con las elecciones intermedias en puerta, las redes sociales fungen un papel importante para posicionar la imagen de los candidatos y darse a conocer, con el fin de conseguir más votos que los demás.

Con el arranque de las campañas electorales, estas redes sociales ya sufren una avalancha de lemas, promesas y discursos políticos, pero a diferencia de años anteriores, la estrategia de redes sociales parece enfocarse a los públicos más jóvenes.

En general, los jóvenes presentan una tendencia a ser más críticos respecto a temas políticos, sociales y económicos, por lo que no es de sorprender que, para los políticos, sean el público más difícil de disuadir. Esto los ha llevado a buscar nuevas estrategias para acercarse a ellos y en el proceso, tal vez cambiar su percepción sobre la política mexicana.

Desde retos de bailes popularizados a través de la plataforma de TikTok hasta comer tacos en un puestito callejero son algunas de las formas en las que los políticos tratan de convencernos de que son diferentes a los otros políticos y así construir esa imagen de una persona con la que todos se pueden identificar, accesibles, buena onda y conscientes de la cotidianidad de los mexicanos.

Es más que obvio que este tipo de estrategias sirven solo como un performance político para ganar votos, cuando en tiempos como estos, lo que el país necesita son personas que se tomen en serio el cargo que tienen dentro de las instituciones públicas.

Más allá de tener a alguien que presume de comer tacos en la calle (y hacerlo pasar como un logro) en puestos de poder, se necesitan personas que hagan efectivas sus obligaciones, que emprendan acciones legislativas y propongan reformas que beneficien a la población, que realmente cumplan las promesas de campaña.

Si bien este tipo de campañas apenas empiezan a tomar fuerza, los candidatos deben ser conscientes de que esta estrategia es como una espada de doble filo, pues la “fama” que ganen, los pone en el ojo público y los hace sujetos de escrutinio.

Este tipo de exposición podría hacer más fácil saber cómo han actuado en el pasado al ejercer otros cargos públicos, lo que podría servir como una guía para el votante y hacerle reflexionar a qué tipo de persona quiere en un puesto de poder que, a final de cuentas, se supone existe para representar sus intereses, el del ciudadano.

Esto hace resaltar la difícil coyuntura que atraviesa México en temas de política. Sin duda, las elecciones intermedias representan las más grandes en la historia de México y si se quiere cambiar el rumbo y la forma en la que se ha hecho política en los últimos años, se necesitan candidatos, no influencers.

*Lic. en Relaciones Internacionales por el TEC de MTY campus Guadalajara

susanasilvag96@hotmail.com

 

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