LA BRÚJULA

Ganaron las proabortistas, perdieron las criaturas en el vientre su derecho a vivir

Por: Heberto Peterson Legrand
lunes, 13 de septiembre de 2021 · 00:00

¡Escuchen! ¡Escuchen!, es el grito desesperado de un inocente condenado a morir y que pide clemencia, pero….no hay respuesta a su llamado, la sentencia ya se dio, ya es legal que se le elimine…

El sentenciado vivió momentos de angustia y desolación ante esta impotencia e incertidumbre desgarradora mientras habitaba el vientre de su madre.

Durante su estancia en lo que debería ser un bendito vientre, refugio de un ser indefenso, pero que se convirtió en calabozo y en lugar de suplicios, reflexionaba lo siguiente:

¿Qué clase de civilización es esta que defiende la vida de un anciano en el ocaso de su existencia, los huevos de las tortugas y a miles de animales, y quiere acabar conmigo que apenas emprendí el camino hacia la búsqueda de mi propia realización?

Dicen que en el siglo XX se habló mucho sobre la dignidad y los derechos de la persona humana y que en esté siglo XX1 que lleva 21 años también se habla de ello. ¿Qué entenderán por dignidad y por derechos?

Si entienden por dignidad el hecho de que como seres racionales poseemos una inteligencia que nos invita a la búsqueda de la verdad y además buscamos los valores como el amor, el bien y la belleza y creemos que nuestra existencia tiene una finalidad, una razón de ser entonces si dan ganas de convivir con los hombres.

Pero… ¿por qué tantos asesinatos? ¿Por qué tanta gente muere de hambre? ¿Por qué las guerras? ¿Por qué el holocausto? ¿Por qué tanto migrante que pierden hogar, cultura familia y patria? ¿Por qué se gastan millones y millones en armas y naves a la Luna y Marte si con eso podrían resolver el problema de educación y pobreza? ¿Por qué tanta pobreza y miseria? ¿Por qué menos del 20% de la población tiene más del 90% de los recursos del mundo? ¿Por qué hemos desechado las virtudes y valores y cultivamos los vicios? ¿Por qué matan a más de 55 millones de niños a través del aborto? Por qué?..¿.por qué?…¿Es justo que unos pocos decidan por las mayorías?

Cuando alguien comete un crimen tiene derecho a que se le defienda y la condena varía de un país a otro: desde la muerte en sus diversas formas: silla eléctrica, cámara de gas, o la cadena perpetua…y esto por considerarlos nocivos a la sociedad.

Me pregunto…¿qué daño hice yo? ¿Qué crimen he cometido? ¿Soy culpable de algo?… sin embargo a mí me matarán y no me permitirán escoger como quiero morir ¡Yo quiero vivir! Pero ellos van a utilizar diversos métodos para matarme: introducirán una especie de aspiradora en el vientre de mamá para sacarme de su cuerpo succionándome, destrozándome las piernas, manos, cabeza, en fin todo mi cuerpo; otra de las maneras será introduciendo una especie de cuchillo en el vientre de Mamá y allí despiadadamente me destrozarán.

Otro de los métodos consiste en inyectar una solución de sal en el saco embrionario para quemarme y sé que durante más de una hora estaré sufriendo quemaduras insoportables; otra de las maneras en que quizá piensen eliminarme y así no estorbarles consiste en que abrirán el vientre de mamá, me sacarán y arrojarán a un cesto de basura.

Hay quienes dicen que la mujer se debe autodeterminar y hacer con su cuerpo lo que le plazca. ¿Pensarán que soy un tumor maligno o un apéndice? Al mes de embarazo ya tengo corazón y cerebro y mi Mamá apenas se dará cuenta de que está embarazada ¿por qué no me quieren? ¿Será porque no me ven? Otros dicen que como hay pobreza me deben matar para que no me muera de hambre; ¿un homicidio se resuelva asesinando? ¿El siguiente paso será matar ancianitos y enfermos porque serán una carga para la sociedad?

Que triste sentir que valemos tan poco para algunos. Mucha gente prefiere tener animales que niños. Hay un país en que existen más de medio millón de cementerios para animales y a nosotros nos arrojan a un cesto de basura…

El quinto mandamiento de la ley de Dios dice: ¡No Mataras! ¿Por qué Dios mío los hombres no acatan tu mandato? ¡Madre! No me abandones, dame la misma oportunidad que tú tuviste de vivir, No estas decidiendo sobre tu cuerpo sino sobre el mío.

Diputado, yo te pregunto: ¿Acaso tú puedes legislar para que los niños no coman? Sé que no lo puedes hacer porque es un derecho natural que no depende de un voto en el congreso. ¿Puedes votar para que los niños y niñas no puedan estudiar?, ¡no! porque es un derecho natural.

¿Puedes votar para que no tengan derecho a un hogar? Tampoco. Tú sabes que no y yo te pregunto: ¿Tienes en conciencia derecho a votar para que maten por medio del aborto? Tú debes saber que no porque el primer derecho es el derecho a la vida y de allí se derivan los demás derechos.

Se le dio muerte….esto pudo haberle pasado a Usted que me lee, a Mahatma Gandhi, a la Madre Teresa de Calcuta, a Benito Juárez, o aquel hombre y mujer que más admiras y son modelo para ti...

Nadie desea que a la mujer, se le encarcele por abortar, lo deseable es ayudarle, pero no siendo cómplices del falso argumento de que la “Mujer puede hacer con su cuerpo lo que quiera”, no tiene derecho al suicidio y hay que apoyarle para que no incurra en él, tampoco tiene derecho a decidir sobre la vida de una criatura en su vientre ya que es un ser independiente, con un código genético distinto.

No tengamos miedo ni dudas a defender el valor de la vida aunque nos tachen de oscurantistas, retrógrados, conservadores, mochos y un largo etcétera.

Piénsalo respetable madre porque en tu vientre tienes el mayor de tus tesoros, ese bebe que no tiene quien lo defienda….y mi voz quiere ser una de ellas.

Tú no puedes hacerle a otro lo que no quieres que te hagan a ti y ojalá la justicia proceda en contra del culpable y no en contra del inocente.

Médicos conocedores y sabedores de que su profesión es para salvar vidas no para matarlas no son escuchados y dejan que sean los criterios “políticos” y consensos manipulados, los que tomen la decisión de apagar una promesa, la vida de una persona que está en desarrollo y ya es poseedora del derecho a la vida y del cual se derivaran todos los demás y cuya dignidad debe ser respetada y salvaguardada.
 

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