Alarma al “dispararse” los contagios de Covid

Cuando parecía que íbamos avanzando en el combate a la pandemia del Covid-19 en la entidad, de repente empezamos a retroceder para situarnos casi exactamente en el momento en que nos encontrábamos al inicio de esta emergencia sanitaria, allá por los inicios de 2020.

No voy a politizar esto ni a decir que el retroceso lo hemos sentido en los últimos meses en forma coincidente con la nueva estrategia de Salud de un gobierno diferente, porque esto sería muy difícil de comprobar y tal vez no sería justo, pero aunque creo que sí ha incidido el hecho de que se hubiese echado abajo la estructura que ya existía, también es menester reconocer que con las nuevas variantes que se están presentando y apenas están llegando a la región, la situación se ve realmente preocupante.

Tal vez el panorama sería muchísimo peor si no hubiésemos tenido esas masivas jornadas de vacunación que se dieron durante 2021 por parte del sector Salud, sin embargo, el que ahora se observa es realmente alarmante y debe ponernos a todos en alerta, para saber cómo combatirlo.

Y cuando ya estaba muy avanzada en esta columna incluyo aquí un agregado, porque de manera simultánea se daba a conocer por parte del gobierno de Baja California sobre nuevas medidas para tratar de evitar que siga creciendo la propagación del virus.

La gobernadora Marina del Pilar, aunque se tardó un poco, anunció tras una reunión con su “comisión de científicos” que, en primer lugar, el semáforo epidemiológico retrocede a color naranja, y que, por lo tanto, el aforo en lugares públicos deberá reducirse al 50%.

También habló de algo que era muy obvio que resultaba necesario, y que es la ampliación de números de puntos en los que podrán recibirse las vacunas, así como los horarios, porque de manera absurda se redujeron preocupantemente.

La gobernadora al parecer se percató de esto y giró instrucciones para que se abran otros sitios de vacunación y los ciudadanos puedan recurrir a los mismos, sobre todo, en un momento en el que se están registrando en promedio 1000 casos de contagios diarios.

Solicitó la participación de todos los ciudadanos, ya que anticipó que podría haber nuevas medidas que son necesarias para combatir la emergencia.

Hay que recordar que primero se dio un intento de controlar el acceso de clientes, trabajadores y proveedores en los restaurantes y todo tipo de establecimientos comerciales que se frustró por la falta de preparación y logística de quienes así lo determinaron.

Eso nos permite ver que ya anticipaban lo que estamos viviendo, y no sólo eso, sino que el propio secretario de salud José Adrián Medina Amarillas lo dijo claramente cuando refirió que de no hacer algo al respecto, el sistema hospitalario colapsaría.

De hecho, ya estamos viendo los estragos de esta cuarta ola de contagios con las larguísimas filas de personas que esperan realizarse las famosas pruebas PCR, al resentir síntomas que ya todos reconocemos como de Covid.

De igual manera, todos volvemos a tener personas cercanas, amigos y familiares que se han contagiado y que refieren grandes dificultades para respirar, y una falta de atención adecuada del sector salud (público y privado), cuando señalan que solamente les recetan paracetamol, como en aquel 2020, y les indican que se resguarden en sus casas para observar la evolución de la enfermedad, para en caso de complicarse, entonces sí acudir a un centro hospitalario.

También hemos tenido conocimiento de personas que han fallecido como consecuencia de dicho contagio, que, aunque nos señalan que no es tan letal como en sus primeras etapas, vemos que las muertes se dan de una manera tan acelerada, lo que tiene que ver con sus comorbilidades y otras enfermedades graves que padecen.

Es más, hasta el presidente Andrés Manuel López Obrador, que ha sido reacio a atender todas las medidas de seguridad que a nivel internacional se sugieren, ahora ya reportó estar enfermo (por segunda ocasión) de Covid-19, lo que le obliga a recluirse en Palacio Nacional.

Claro, que como siempre, el presidente minimiza el tema y dice que no es fuerte su contagio, pero que no aparecerá públicamente en los siguientes días por instrucciones médicas, dejando al frente de sus “mañaneras” al secretario de gobernación Adán Augusto López Hernández.

Ahora, por lo que se refiere a los “antivacunas” no la emprenderé contra éstos, aunque a veces no nos faltan ganas, pero sí me llama la atención el argumento que insisten en tomar como base de su negativa, al hacer notar que las vacunas no evitan los contagios y que también, varios de los afectados ya se habían aplicado el antígeno.

Lo que no entienden, es que efectivamente, la vacuna no impide que uno se contagie o que pueda contagiar; y no caeré en aquello de que eso minimiza los riesgos de la enfermedad, pero también hay que señalar que lo que tampoco han logrado entender es que mientras no se apliquen la vacuna no se logrará quitarle fuerza a este bicho ni evitar la aparición de nuevas variantes.

Además, la gobernadora lo confirmó: el mayor número de las camas de cuidados intensivos y los respiradores están ocupados justamente por personas que han decidido no vacunarse.

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