Los magos del firmamento

En nuestro país, la tradición de celebrar cada 6 de enero el Día de los Reyes Magos es considerada por muchos mexicanos como una de las festividades más importantes.

Y es que, además de la deliciosa rosca de Reyes y los regalos que reciben miles de niños en todo el país, esta celebración conmemora aquella historia bíblica que nos relata cómo los Reyes Magos persiguieron la estrella de Belén, pues ella los guiaría hasta el pesebre en donde había nacido el rey de los judíos, Jesucristo.

Realmente es muy poco lo que sabemos en verdad sobre los Reyes Magos, ya que la biblia no nos da mucha información sobre ellos. No menciona cuántos eran, ni su color de piel, ni sus nombres, ni en qué animales venían. Estas características fueron agregadas en el siglo XVII.

Lo que sí sabemos con exactitud es que eran “magos”, pero no pensemos en brujos ni hechiceros, sino en astrólogos, personas que tenían grandes conocimientos sobre los movimientos del firmamento, y a su vez, creían predecir el futuro basándose en la posición de los astros (recordemos que, en aquel entonces, no existía diferencia entre la astronomía y la astrología).

Han pasado más de 2,000 años del acontecimiento de este relato, y los astrónomos aún intentan dar una explicación científica a la aparición de la estrella de Belén, aunque por la escasa información que existe, esta tarea resulta casi imposible.

Para algunos esto no resulta un factor limitante, y es que, debido a que el movimiento de los cuerpos del sistema solar sigue perfectamente las leyes físicas universales, podemos retroceder el complejo engranaje de la bóveda celeste y examinar la posición exacta de los astros tal y como estaban durante el nacimiento del niño Jesús.

Gracias a este método se ha descartado que la Estrella de Belén fuera el planeta Júpiter, como se pensó por mucho tiempo. También se descarta una conjunción entre Júpiter y Saturno, como señalaba Kepler, e incluso queda obsoleta la hipótesis de un cometa.

Otros investigadores sugieren que el enigma de la Estrella de Belén pudiese ser explicado por una Nova, es decir, una estrella que aumenta su tamaño y su brillo de manera drástica por una cantidad limitada de tiempo.

A pesar de todas las explicaciones que se intentan dar para resolver este misterio, probablemente nunca sabremos la respuesta. Lo que sí sabemos con claridad es que no sólo las antiguas culturas orientales observaron con gran detalle y precisión el firmamento, buscando en los astros respuesta a sus orígenes o a su futuro.

También las culturas precolombinas, como la Azteca o la Maya, incluso culturas bajacalifornianas, como la Kumiai, Kiliwa o Cucapá, estuvieron estrechamente relacionadas con diversos fenómenos astronómicos.

Cada cultura de nuestro planeta, sin importar su época ni su ubicación geográfica, ha tenido sus propios magos, los cuales han intentado descifrar los enigmas del cosmos a través de la observación y la predicción.

Fueron aquellos antiguos magos los que sentaron, sin darse cuenta, los primeros pilares de la astronomía moderna, y a los que hoy agradecemos por disfrutar de una deliciosa rosca de Reyes.

*Miembro del Departamento de Divulgación Científica en Caracol Museo de Ciencias