Cuna de la democracia

En la década de los ochenta del siglo pasado, Ensenada fue considerada la cuna de la democracia, por ser el municipio donde porcentualmente más ciudadanos acudían a votar en relación a su número total de habitantes, lo que permitió la alternancia en la alcaldía y luego en la gubernatura, pero a mediados de los noventa comenzó a disminuir la afluencia de ensenadenses a las urnas, al grado de descender al último sitio a nivel nacional en participación electoral.
Tal desencanto por la democracia representativa no es culpa del instituto responsable de organizar los comicios, sino de los candidatos y partidos que incumplieron sus promesas cuando arribaron al poder.
Si bien es cierto que las recurrentes crisis económicas contribuyeron a que se incrementara el abstencionismo y la apatía social, lo que debe cambiar es el sistema de partidos y no la integración y operación de los órganos electorales.
¿Por qué las fuerzas políticas con registro no consultan a sus militantes para la postulación de sus candidatos?, ¿cuál es la razón para que se opongan a la realización de elecciones primarias internas que permitan a sus militantes y simpatizantes elegir a los contendientes más capaces?, ¿por qué durante las campañas de proselitismo juran respetar los resultados de las votaciones y lo primero que hacen es desconocerlos y descalificar al árbitro electoral?, ¿es ético que los partidos exijan democracia cuando en su seno no la practican?
Es por eso que el domingo pasado miles de mexicanos marcharon en las principales ciudades del país para expresar su rechazo a la reforma que impulsa el gobierno federal a fin de desaparecer al Instituto Nacional Electoral (INE) y para reclamar que los partidos políticos no vendan su voto para aprobarla en el Poder Legislativo.
En las movilizaciones, los participantes leyeron un manifiesto en el que advirtieron sobre los riesgos de aprobar la reforma constitucional y, con ello, afectar al árbitro electoral.
“Que los partidos políticos, que todas las legisladoras y los legisladores del país pongan atención y escuchen nuestra exigencia, no es el momento, ni la forma de modificar el marco jurídico electoral ni la representación política”, señalaron.
“A las y los diputados y senadores les recomendamos no aceptar ni la compra ni la coacción de su voto, tienen la posibilidad de recuperar nuestra confianza, de volver a representarnos y de votar atendiendo a nuestro mandato”, agregaron.
En el documento, que fue distribuido en las concentraciones ciudadanas, los participantes lamentaron las agresiones de las que han sido objeto por parte del presidente López Obrador desde Palacio Nacional.
“Aún no existe el marco legal restrictivo que se impulsa y quienes soñamos un México pacífico, justo y próspero estamos siendo objeto de agresiones”, acusaron.
“No somos enemigos de nadie, somos ciudadanos y ciudadanas ejerciendo nuestra libertad, los derechos que hemos conquistado, esos derechos que no estamos dispuestos ni dispuestas a perder”, precisaron.
Las manifestaciones a favor del INE, en las que participaron ciudadanos, integrantes de organizaciones de la sociedad civil y de partidos políticos, así como gobernadores de oposición, se registraron en más de 60 ciudades del país, Estados Unidos, Canadá y Europa.