BARÓMETRO POLÍTICO

Mundial de violencia

Por: Susana Silva Gallardo*
martes, 15 de noviembre de 2022 · 00:00

En las Relaciones Internacionales, al hablar de los países, el estudio y análisis de los roles que juegan los mismos dentro del escenario internacional, ha sido clave. Por ello, se consideran una serie de estrategias y herramientas que le son útiles a la hora de tratar de empujar intereses, construir relaciones o labrarse una reputación.
Desde el hard power hasta el soft power, estas nociones han sido ejes rectores en la política exterior de los Estados, pues de ahí se marca la pauta del rol que juegan con relación a la cantidad de recursos que poseen, la influencia que se tiene, la capacidad de persuasión, entre otros. 
Una de las pruebas más fehacientes de esta estrategia, la cual además se relaciona estrechamente con otro fenómeno de las Relaciones Internacionales, la cooperación internacional, es el magno evento de fútbol que se tiene en puerta, la Copa Mundial de la FIFA 2022, la cual se realizará a finales de noviembre y mediados de diciembre en el Estado de Qatar, en el oeste asiático.
Este evento, al igual que otros del mismo calibre como los Juegos Olímpicos de verano e invierno que organiza el COI, es una de las demostraciones de soft power por excelencia, pues la trascendencia del fútbol en términos culturales, así como la cantidad de recursos y capital que se necesitan para llevarlo a cabo, envía una señal al mundo del rol que está jugando -o al que aspira- el país anfitrión en el escenario internacional.
Si bien en la mayoría de los casos estas estrategias son utilizadas para construir una reputación positiva en este escenario, no han sido pocos los mundiales que fueron la excepción, como lo fue el caso de Brasil en 2014.
Lejos de la mirada positiva que esperaba construir Qatar ante los ojos del mundo occidental, lo cierto es que su viaje hacia la Copa ha estado plagado de controversias, las cuales se especulan iniciaron desde su candidatura ante la FIFA, pero más importante, en el acondicionamiento de la ciudad para recibir este importante evento. 
Este último se ha valido de condiciones prácticamente esclavizantes, donde migrantes -que constituyen un 90% de la fuerza laboral- han sido sometidos a condiciones de explotación inhumanas donde las largas jornadas se trabajaron bajo el sol y sin ningún tipo de seguridad, lo que ha conllevado a una cifra de muertes que aún no puede ser confirmada debido a la falta de transparencia por parte del gobierno qatarí.
Aunado a esta preocupante situación, otras polémicas entorno a la vulneración de Derecho Humanos de la que mucho se ha hablado ha sido por minorías o grupos vulnerables como las mujeres o la comunidad LGBT+, de la cual recientemente se han hecho declaraciones que estigmatizan y perpetúan la narrativa de discriminación contra el colectivo. 
Si bien estos casos son tan solo la punta del iceberg, lo que resulta igual de problemático ha sido el silencio de la comunidad internacional, donde muchos de sus participantes, autoproclamados líderes del mundo libre, poco han hecho para condenar la situación, ni se diga de la organización que lo auspicia, la FIFA. Esto, por demás lamentable, revela entonces que a veces el dinero y el entretenimiento bien pueden estar por encima de cuestiones básicas como los Derechos Humanos.

*Lic. en Relaciones Internacionales por el TEC de MTY campus Guadalajara

susanasilvag96@hotmail.com 

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