DESDE EL VIGÍA

Cultivar totoaba

sábado, 19 de noviembre de 2022 · 00:39

Gracias al doctor Conal David True, un brillante académico de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), fue posible que en Ensenada se pudiera salvar de la extinción a la totoaba, un pez que lograron reproducir a través de la acuacultura, al grado que ahora hay empresas que comercializan esta especie.
A más de mil 200 kilómetros al sur de la zona de conflicto por la captura ilegal de totoaba en el alto Golfo de California, opera desde hace nueve años una empresa dedicada a su cultivo para la venta de su carne en el mercado nacional.
Su desempeño es uno de los temas que se aborda en la revisión de los avances de México en el combate al tráfico de la totoaba, en la cumbre de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), que comenzó en días pasado y que concluye el próximo 25 de noviembre en Panamá.
Pablo Konietzko, director de Earth Ocean Farms, sostiene que la acuacultura puede ser parte de la solución a la conflictiva situación que se vive en el Alto Golfo de California, donde la pesca ilegal y tráfico de la totoaba amenaza a esa propia especie, en situación de riesgo, y a la vaquita marina, a punto de la extinción.
La empresa produce huachinango y totoaba en sus instalaciones en La Paz, BCS.
“La totoaba es una excelente opción para la industria de la acuacultura, que está creciendo a nivel mundial como fuente de proteína sustentable. Más del 50 por ciento de los pescados y mariscos que se consumen ya provienen de la acuacultura”, señala Konietzko. 
“Ya le hemos sacado mucho al mar, y podemos contribuir a bajar la presión en algunas pesquerías con las técnicas de acuacultura”, sostuvo.
Explica que la empresa cuenta con un laboratorio de reproducción, donde se obtienen las crías, que pasan después a un proceso de engorda en una granja en mar abierto, y una planta de procesamiento.
Para poder producir totoaba en su granja, la empresa tuvo que obtener autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y pasar por un largo proceso de evaluación por parte de la CITES.
Sólo puede comercializar el pescado en México y asumió el compromiso de destruir su buche, con alto valor en el comercio ilegal que tiene sus principales mercados en Asia.
“Hubo el compromiso de destruir todo el buche para que no haya ningún problema de blanqueo o cualquier especulación que se pueda dar”, apunta Konietzko. 
La empresa cuenta además con un sistema de trazabilidad genética de las totoabas que produce y un sistema de etiquetado para garantizar que el producto que llega al consumidor final corresponda a permisos de aprovechamiento específicos.
Y cada año realiza una liberación de ejemplares cultivados en su granja para contribuir a los esfuerzos para evitar la extinción de la totoaba.
“No tenemos ninguna relación con la pesca ilegal de la totoaba, ni con la pesca incidental de la vaquita marina”, subrayó el director de Earth Ocean Farms.
Aquí surge la pregunta: ¿Por qué a la UABC no le permiten comercializar la totoaba que se reproduce en sus estanques? Si se diera esta posibilidad sería una importante fuente de ingresos para nuestra máxima casa de estudios.


 

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