BARÓMETRO POLÍTICO

No dejes para el próximo año lo que puedes hacer hoy

Por: Susana Silva Gallardo*
martes, 22 de noviembre de 2022 · 00:03

En años y ediciones anteriores en este espacio, mucho se ha hablado de uno de los eventos internacionales más importantes en materia de medio ambiente y cambio climático, la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, mejor conocida como Conferencia de las Partes -COP por sus siglas en inglés-, la cual llevó a cabo su vigesimoséptima edición en Sharm el-Sheij, Egipto entre el 6 y el 18 de noviembre.
Contrario a su antecesora, la COP26, la cual sentó un esfuerzo importante después de los dos años de crisis pandémica a la que se enfrentó inesperadamente el escenario internacional, se auguraba un foro de nuevos acuerdos y renovados esfuerzos frente a las metas en el combate al calentamiento global, el cambio climático y, sobre todo, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Contrario a lo esperado, la COP26 fue fuertemente criticada al quedarse corta con las altas expectativas que se construyeron a su alrededor y, a su término, el acuerdo final estuvo lejos de ser satisfactorio para todas las Partes, en especial por las reservas de algunos Estados en temas de combustibles fósiles como el carbón.
Con la esperanza de poder avanzar aún más esta discusión en su nueva edición de 2022, todo apunta a que la COP27 sufrió el mismo destino que la anterior. En parte, su inicio turbulento se origina a partir del oxímoron que conllevó la elección de su patrocinador oficial, Coca Cola, la empresa que a nivel mundial ocupa los primeros lugares en producción de plásticos y residuos, los cuales a su vez implican un uso elevado de combustibles fósiles.
En este tenor, la Conferencia misma nuevamente no fue capaz de consolidar acciones concretas en el esfuerzo por reducir este tipo de recursos y, de hecho, medios han reportado un aumento de representantes ligados a las industrias fósiles en las discusiones de la Conferencia.
Los débiles esfuerzos de las Partes por avanzar esta discusión, en esencia, contravienen acuerdos que en el pasado sentaron precedentes históricos en la lucha climática, más específicamente el Acuerdo de París logrado en la COP21.
Lamentablemente, 5 ediciones más tarde, lo que en ese entonces representó una iniciativa fuerte y consolidada, hoy parece más lejos de lograrse que nunca y con ello, las consecuencias y los efectos del fenómeno climático se vuelven más palpables.
Aunque no todo es negativo, el acuerdo sobre el Fondo de "pérdidas y daños" es un paso encaminado a la justicia climática que implica acciones para el resarcimiento de daños a víctimas del cambio climático, si bien esto suma un punto positivo, la falta de acuerdo sobre su financiamiento y su carácter no-vinculante, deja en las sombras al llamado "logro".
En una edición que deja mucho que desear, en un tiempo donde la acción es más urgente que nunca, los Estados y sus líderes, a pesar de los discursos, peor aún de la contundente evidencia científica, dejan entrever que la lucha contra el cambio climático y sus efectos no parece ser la prioridad que ellos claman que es. Esto deja entonces discusiones clave "en pausa" para el siguiente año, olvidando que, en el transcurso, el cambio climático no sigue esta misma lógica.

*Lic. en Relaciones Internacionales por el TEC de MTY campus Guadalajara

susanasilvag96@hotmail.com 

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