Un mundo en libertad

Los muros de piedra no hacen una prisión, ni los barrotes de hierro una jaula; mentes inocentes y calmas toman aquello por ermitaño, si yo tengo libertad en mi amor y dentro de mi alma soy libre…
Richard Lovelace.

Hace unas semanas recibí a una pequeña de 6 años en sesión. El motivo de consulta fue por perder el interés en clase y distraerse fácilmente, por lo que su rendimiento había disminuido. Pero al pedirle que me hiciera un dibujo proyectivo pude apreciar permanencia en la actividad, al realizar trazos sorprendentes y de gran capacidad artística. Algunas materias no serán de su interés, aun así, en el mundo del arte seguro será sobresaliente.
Esta anécdota me hizo recordar algo que leí sobre una niña de sintomatología similar. No ponía mucha atención en la escuela, pero en su clase de dibujo se tornaba distinta. Le preguntó su maestra en una ocasión qué estaba dibujando y le respondió: "A Dios". La maestra expresó: "Pero nadie sabe qué aspecto tiene Dios". La niña le respondió: "Lo sabrán enseguida".
Me hace pensar en la similitud de los relatos y el cómo el talento transforma un momento en algo especial. Con cierto grado de confianza se dedica tiempo a lo que se sabe hacer: El dibujar. En el caso de mi paciente, hubo cierto grado de maltrato en donde el padre la reprendía enérgicamente y enviaba a su cuarto por buen rato con el fin de castigarla. La pequeña pese al miedo y la desolación empezó a crear historias extraordinarias en forma de cuentos animados.
Se nos muestra el cómo, pese a circunstancias adversas de la vida, surgen del interior recursos tan valiosos como la creatividad e imaginación, aspectos fundamentales para desahogar la tensión y favorecer la estima. Ahora bien, aunque se tenga un entorno desfavorable y las emociones estén en picada, la motivación del hacer algo distinto es un mecanismo compensatorio que ayuda a salir a flote.
Antes se tenía la idea de que si un escolar sacaba dieces en matemáticas era muy inteligente y si no lo hacía entonces no lo era. En torno a este tema, se ha dado a conocer por expertos que las inteligencias son múltiples y que no debemos centrarnos en una sola. Lo importante es reconocer en este sentido el que un menor puede desarrollar habilidades para unas cosas y para otras no. Es natural, ya que no se puede ser perfecto en todo.
Hay adultos que al tratar con niños coartan sus posibilidades de desarrollo: "Sólo se la pasa dibujando, es todo lo que hace, de qué le sirve eso". El padre por alguna circunstancia bloqueo su parte creativa y no puede o quiere verla en los demás, está aprisionado en sí mismo y priva a su hijo al considerar que el arte no es tan importante o valioso.
Qué pasa en este caso en donde se ejerce cierto control y se tiene una forma de pensar tan convencional, considerándose sólo modelos antiguos para educar. Muchos menores por ello declinan en sus intereses y motivaciones. Lo que realmente les gusta lo dejan a un lado y viven reprimidos por un buen tiempo o toda la vida, porque el adulto limitó sus sueños, así como los suyos en un momento dado.
Si a un infante se le permite disfrutar de una actividad propositiva e integrase con iguales en actividades comunes será un gran acierto emocional. Mucho estriba en la aceptación de los cuidadores el encauzar a un pequeño por el camino correcto. Qué mejor que descubrir talentos desde temprana edad y qué afectación por el no hacerlo.
Cuando se le limita a un niño de una u otra forma, se revela. Perseguirá el llamar la atención como forma de autoafirmarse y ser reconocido, aunque sea de forma negativa. Por ello surgirán los problemas en casa, la escuela u otros escenarios en donde las frustraciones y decepciones estarán a la orden del día.
Un pequeño cuando es perseverante, terco y obstinado, pero de forma positiva, va a sobresalir. Por ello hay que ayudarles a ser más auténticos, a desarrollarse en un ambiente de confianza y seguridad. Sólo así serán agentes de cambio y dejarán su legado en este mundo estando en libertad.

*Posgrado en psicoterapia de niños

laurabelpad@gmail.com