AJEDREZ PÚBLICO

El estado de sitio

Por: Alfonso Torres Chávez*
sábado, 26 de noviembre de 2022 · 00:00

El accidente del helicóptero donde viajaba el secretario de Seguridad Pública de Aguascalientes es un ejemplo de la ineficacia del Estado. No es esta la primera vez que estamos en un brete y seguramente no será la última.
Los accidentes aéreos en los que mueren funcionarios son el pan de todos los días. Allí están los accidentes de Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake en helicópteros que formaban parte de la escolta de la Secretaría de Gobernación.
No discutimos aquí el azar de un accidente, pero estamos hablando del mantenimiento de aeronaves que son parte de la flota del gobierno, y a las que no se les da mantenimiento. Pero parece que no aprendimos la lección. 
En el accidente murieron el secretario de Seguridad Pública del Estado, los pilotos del helicóptero y personal militar.
El problema siempre es el mantenimiento y las justificaciones siempre son las mismas.
Las fallas mecánicas que provocaron el accidente son discutibles. En algunos videos se habla de disparos desde tierra.
En el video se observa como si alguien le disparara al helicóptero, pero son sólo suposiciones.
El problema de un accidente donde fallecen funcionarios públicos, cuestiona siempre el mantenimiento y las pésimas condiciones en que se conservan y mantienen las aeronaves que deberían ser las mejor cuidadas.
Y esto aplica también para el gobierno federal, que con frecuencia tiene accidentes en sus aeronaves donde mueren funcionarios federales.
Esto desde luego refleja seriamente las fallas de seguridad con que se dan mantenimiento a aeronaves de gobierno. Y pone en tela de juicio la seguridad nacional. 
Las fallas como estas son un problema de seguridad nacional, sobre todo si se toma en cuenta que las flotillas de aviones de gobierno federal tienen una falta de mantenimiento superior a los 20 años (allí está el caso del Lear Jet donde murió el ex secretario Juan Camilo Mouriño).
En México nos preocupamos por los aviones oficiales hasta que tenemos encima un accidente que ya no se puede evitar.
Y se sostiene otra vez el arnés de que no le dimos mantenimiento suficiente cuando ya tenemos cadáveres encima de nuestras cabezas.
Lo que necesitamos es una flota de aviones que no tenemos, aviones que realmente funcionen y donde no haya fallas mecánicas que lamentar.
El Estado nunca se ha hecho responsable de sus aeronaves.

*Doctor en Derecho por el Inpocipe

alfonso.torres@inpocipe.edu.mx 

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