ANDANZAS ANTROPOLÓGICAS

Un fugaz vislumbre del contexto regional de El Vallecito

Por: Arqlgo Antonio Porcayo Michelini*
jueves, 23 de junio de 2022 · 00:00

Tras años de exploración arqueológica y largas caminatas prospectando decenas y hasta cientos de kilómetros en todos los rumbos alrededor de El Vallecito, éste sigue asombrándonos, pues tras una búsqueda incansable de un lugar similar, queda claro que éste es único; y es que El Vallecito, que está abierto a la visita pública en 5 resguardos de 23, todos con pinturas rupestres, no sólo está conformado por estas evidencias arqueológicas, sino también de muchas otras contenidas casi de manera ininterrumpida en las 165 hectáreas de la poligonal oficial del INAH.
El Vallecito fue ocupado por indígenas yumanos muy probablemente de la tribu kumiai. Los fechamientos de radiocarbono de la zona arqueológica sugieren una ocupación intensa, donde al parecer floreció el arte rupestre conocido como Estilo La Rumorosa, alrededor del 1650 d.C. y hasta el siglo XIX, sin embargo, otros fechamientos efectuados en sitios arqueológicos al norte, muestran que los indígenas yumanos ya estaban desde tiempo atrás en la región. Fechas de alrededor del 200 y del 800 d.C. hacen evidente su presencia, pero la mayoría de los fechamientos de los sitios hacia este rumbo indican un incremento notable en el número de los asentamientos y actividades asociadas alrededor del 1400 d.C., traslapándose interesantemente casi todas estas dataciones con las del Vallecito del 1650 d.C. en adelante. Sin duda, algo pasó alrededor del 1650 d.C. en esta parte de La Rumorosa que detonó lo que ahora conocemos como El Vallecito y es lo que actualmente estamos estudiando.
Hacia el norte de la zona arqueológica y hasta la frontera con California sobresalen los incontables hornos agaveros coronando las cimas de los cerros. Este tipo de sitios yumanos son concentraciones de diversos tamaños conformados por ceniza, carbón y rocas reventadas por calor extremo, producto del horneado bajo tierra de las "piñas" de los agaves con el fin de hacerlos comestibles.
Existen varios y extensos campamentos satélites ubicados a cielo abierto y entre bloques de granito alrededor de El Vallecito conformados por una diversidad de materiales arqueológicos yumanos entre los que sobresale la cerámica, la obsidiana, los morteros y metates móviles y fijos, éstos últimos por lo general numerosos. Dependiendo de su ubicación y entorno inmediato, estos campamentos pudieron ser para la explotación y procesamiento del ya mencionado agave y productos derivados como cordelería, pero también para el consumo directo y la elaboración de harinas de piñones y bellotas, otra fuente alimenticia vital para los yumanos serranos. Restos arqueológicos de aves, reptiles y mamíferos consumidos en casi todos los sitios también hacen evidentes las actividades de cacería en la región.
Los yumanos serranos intercambiaban con los de las costas lo elaborado con el agave, los piñones y bellotas, por moluscos y pescados secos, así como conchas para ornamentos. Fuentes históricas y etnográficas mencionan esto que arqueológicamente también se ha ido corroborando en El Vallecito y campamentos circunvecinos.
En algunos sitios satélites se han encontrado evidencias rituales yumanas como la cremación humana, y también se han recuperado tres figurillas de cerámica: dos fragmentos encontrados en superficie y una completa en excavación. Efectivamente, sí hay más arte rupestre alrededor de El Vallecito, pero, estos sitios están aislados, no concentrados como en la zona arqueológica.
Otros sitios satélites donde se manufacturaban ollas, metates móviles, cerámicas sofisticadamente decoradas, también han sido registrados. Todo lo aquí fugazmente enlistado y lo que por espacio no se ha podido mencionar, en conjunto evidencian una región con numerosas y prósperas poblaciones yumanas cuyo epicentro de su variada cultura y religión era, sin dudas, El Vallecito.

*Centro INAH-BC

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