ANDANZAS ANTROPOLÓGICAS

Sobre la Secundaria Diurna No. 2, Jorge Salazar Ceballos 1975-1980

Por: Arqlgo. John Joseph Temple SG*
jueves, 4 de agosto de 2022 · 00:00

Hace ya unos 50 años, el Fraccionamiento Misión apenas se estaba urbanizando. Casi todas las manzanas eran solares sin casas. Y, en medio de una de estas manzanas, en la parte alta, habitaba un señor, solo, de mucha edad (había nacido en 1900), con una imagen de entre misántropo y Diógenes, rodeado de perros.
Su casa estaba hecha de maderas, trapos y plásticos acomodados de una manera que permitía apenas habitarla. Tenía un letrero que daba hacia la calle Kino que decía "Se afilan sierras". Nunca me había planteado que a las sierras hubiera que afilárselas, hasta que lo vi haciéndolo.
Un trabajo para alguien que no parecía tener nada más que, sin prisa, afilar uno por uno los dientes de la herramienta.
Normalmente estaba en su casa, y no se notaba realmente la actividad que estuviera haciendo. No sé cuántas personas acudirían a afilar sus sierras, ya que, a la menor aproximación, sus perros salían a ladrar.
Pero de alguna manera pude atestiguar que permaneció ahí, por lo menos de 1975 a 1980.
Sucedía que, con frecuencia, cuando había movimiento de alumnos entrando o saliendo, los perros salían a ladrar. Y, en una época en la que no había tanta empatía hacia los animales domésticos, los muchachos los apedreaban, y, al salir a defenderlos, también a don Ramón.
Yo procuraba apaciguar a los alumnos, lo que, eventualmente, hizo que entre don Ramón y yo surgiera cierta camaradería. Cuando pasaba, y los alumnos (él los llamaba "escolapios") molestaban a los perros, o a él, acudía conmigo a acusarlos.
Un día que él andaba de buen humor, me detuvo para platicarme que su nombre era Ramón Forcat Mir. Me hizo escribirlo en la arena de la calle. Y también me hizo escribir un verso escatólogico que le espetaban, siendo alcalde de Lérida (en realidad, de Navarclés). El verso iba así, más o menos:
"Ramón Forcat
Del cul cagat
Tira plom tira blat
Tira merde pel furat"
Hizo que lo memorizara, y lo logró.
Como en esa época daba clase en la Diurna el doctor Francisco Parés Guillén, catalán; los presenté, pensando que iban a simpatizar, pero aparentemente no fue así. Quizá esos resquemores que dejó la Guerra Civil Española.
Regresé a Ensenada hasta 2002, y en la manzana donde había vivido don Ramón, toda urbanizada, medio habían oído hablar de él.
En ese año, no supe más de su destino, ni siquiera en internet.
Pero en esta semana, a través del reciente portal PARES (Portal de Archivos Españoles), me enteré que nació en la provincia de Lérida. Fue minero y político anarcosindicalista español, y fue detenido por tráfico y robo de dinamita, en 1934, lo que no impidió que fuera electo alcalde de Navarclés, de 1937 a 1939, siendo miembro de la Confederación Nacional del Trabajo.
Llegó a Veracruz a bordo del buque Ipanema, el 7 de julio de 1939, y de ahí a Chihuahua, destino habitual para campesinos, auxiliados por las Juntas de Auxilio a los Republicanos Españoles. No pude indagar la fecha en la que vino a Ensenada, y tampoco la de su muerte.
Me hizo un regalo como algo muy especial: una tapa de perfume, cabeza de venado de plástico, con un solo cuerno. Aún la conservo. Lamento no haber platicado más con él.

*Investigador del CINAH-BC

...