Apostar al turismo

Debido al embargo decretado en 1991 por una Corte federal de Estados Unidos contra las exportaciones mexicanas de atún aleta amarilla, la ciudad y puerto de Ensenada dejó de ser la capital mundial del atún, y al afectarse seriamente su vocación pesquera, el sector empresarial local y los inversionistas nacionales y extranjeros apostaron por el turismo debido a la privilegiada ubicación geográfica de nuestro municipio, su clima agradable, excelente gastronomía y valles vitivinícolas.
Fue así que durante los últimos 30 años Ensenada se transformó en un distrito enogastronómico y se consolidó como la sede de la mayor parte de los eventos turísticos de la entidad; sin embargo, como destino atractivo se destina muy poco para su promoción, lo cual también es una constante a nivel federal.
Por ejemplo, Nayarit destina 50 dólares por cuarto de hotel, frente a los 614 dólares que invierte República Dominicana, competidor directo del mercado mexicano.
Otros destinos del Caribe destinan 287 dólares por habitación de hotel, pero la zona de Los Cabos, Baja California Sur, es de las que está mejor posicionada localmente en inversión para promoción, con 853 dólares por cuarto.
Y es que, tras la pandemia, que frenó a cerca de 2 mil millones de viajeros alrededor del mundo, la captación de visitantes se ha vuelto un tema relevante para los países de vocación turística.
Tan sólo en México, el Producto Interno Bruto (PIB) turístico cayó 25 por ciento en 2020, una reducción de la que todavía no nos recuperamos, pese al mayor dinamismo durante el año pasado.
Al respecto, Braulio Arsuaga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), manifestó que el gobierno ha desairado al sector de turismo, incluso le sumó obstáculos como la desaparición de organizamos de promoción y desarrollo.
Esto pese a que la actividad turística es superavitaria frente a sectores como el petrolero y el comercial y de que participa en más de 8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) 
“El turismo no está en la agenda nacional, como lo hemos dicho, y lo que peor vemos es que hay un proceso de debilitamiento de las instituciones.
Para el empresario, la estrategia de crecimiento económico del gobierno se centra en el sector energético y comercial, que tienen saldos negativos, así como en la industria manufacturera, que crece a un bajo ritmo, comparado con el turismo.
Por si fuera poco, entre la veintena de iniciativas aprobadas por el Senado de forma acelerada, se concretó el control de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sobre los recursos del Fonatur con los cambios a la Ley General de Turismo, lo que genera mayor presión sobre una industria que cada vez se queda con menos apoyos pese a su peso en la economía. 
La absorción de los recursos del pago a visitantes extranjeros por Derecho de No Residente (DNR) por parte del Ejercito se suma a la desaparición de organismos como el Consejo de Promoción Turística (CPTM) al inicio del sexenio, así como a la reducción de recursos para promoción de destinos que se dio en este gobierno. 
De acuerdo con datos del Presupuesto de Egresos de la Federación, este año la Secretaría de Turismo cuenta con 38.2 millones de pesos para la promoción de México como destino turístico, contra los más de 583 millones de 2018.