LA CARROCA

Febrero

Por Soraya Valencia Mayoral*
domingo, 4 de febrero de 2018 · 00:00

Febrero y contando. A algunos suertudos ciudadanos nacidos en febrero y cuyo apellido comienza con una letra que todavía no se conoce, no tardando les visitarán los del INE. Una vez más, los nuevos CAEs y los no tanto, harán polvo los tenis para poder integrar las mesas directivas de casilla - un esquema agotado y rebasado-, seguramente con mayor dificultad que en procesos anteriores. La sufrida raza trabajará hasta la madrugada y el presidente entregará a tiempo los paquetes electorales en la sede del distrito. Y luego vendrán los cómputos. Parece que falta mucho, pero los días vuelan y en un pestañeo el tiempo se cumple. Mientras, algunos precandidatos aparecen tan amorfos que no sería sorpresa que alguno lo bajaran del caballo; y la hediondez de una guerra-sucia-ataca-de-nuevo pretende sembrar miedo ahora con el fantasma de los rusos, como en la Guerra Fría con los espías, el comunismo y el terror nuclear. Quienes vivimos esa parte de la historia reciente (los años tienen sus ventajas) no dejamos de asombrarnos ante semejante falta de creatividad. Atrás estará, no los rusos sino el dinero que correrá como el insustituible combustible que moverá las campañas. La miseria social es el mayor tesoro.

Febrero y cantando. Ya viene el carnaval y esperemos que por lo menos, el martes llueva, para no faltar a la tradición. Pero, hasta donde se ve, seguirá el tiempo seco. Las sirenas de los bomberos ya empiezan a ser parte de los ruidos del entorno, como si tal cosa. Mal punto. Sin duda el verano será más pesado que los anteriores en lo referente al abastecimiento de agua. Así que vaya juntando todos los contenedores que le sobraron de las goteras del tormentoso invierno pasado. Ensenada y sus contrastes.

Febrero y sumando. Este año coincide el día del amor y la amistad con el miércoles de ceniza. Si bien cada año andan muchos crudos y tiznados, esta ocasión además se les verá - qué lindo- con una rosa roja en celofán y puede que con un oso de peluche o unos chocolates, de esos que luego ponen de oferta. Miles generalmente se acuerdan que son católicos el doce de diciembre y el miércoles de ceniza, fechas grabadas con fuego en la conciencia de la religiosidad popular. A mí me gustan los ritos y los símbolos. La ceniza, sacramental obtenido por lo general de las palmas del Domingo de Ramos, la austeridad de los recintos, el silencio, los colores, las lecturas... todo significa para los fieles un cambio de tiempo. Y como dijo uno, qué bueno que ya empieza la Cuaresma para comer pescado y capirotada. No les digo, pues. En fin, ya estamos en febrero. Vale.

*La autora es mujer de letras sacras y profanas
 

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