Meta Deportiva

Trayectoria del “guapo” Higuera

Desde sus primeros años mostró grandes habilidades para el beisbol, aparte de jugarlo con sus compañeros de escuela al término de la jornada, por las tardes continuaba con la práctica hasta que la noche impedía ver la pelota
sábado, 30 de mayo de 2020 · 00:00

Héctor Barrios Fernández/COLABORACIÓN
Ensenada, B. C.


La colonia Territorio Sur, conocida como “la Cachanía”, está ubicada a la falda de un cerro, en un terreno irregular, con pendiente y pedregoso, sus habitantes tenían fama de ser buenos para el beisbol.

En las décadas de los cincuentas, sesentas y setentas, los campos para la práctica del deporte escaseaban, tal y como sigue siendo en la actualidad, era común ver a la chiquillada jugando “al bat”, en las pedregosas calles o en los terrenos baldíos de la colonia, con frecuencia se escuchaba el “crasssh” del vidrio de una ventana y enseguida solamente quedaba el polvito en el aire, ya que los niños desaparecían como por arte de magia.

CAMPOS IMPROVISADOS
Se jugaba con lo que hubiera, pelotas hechas de calcetín o de trapo, palos de escoba, tablas viejas, barrotes o se bateaba con  la palma de la mano, sin guantes y se usaban cartones o tablas como bases, se improvisaban campos con una, dos o tres bases, según el número de participantes en el juego  y sin saber, se llegaban a hacer los outs como en los inicios del beisbol, pegándole al corredor con la pelota. Poco a poco fueron apareciendo las herramientas de verdad y de manera organizada se formaron los primeros equipos.

Como se imaginará comenzó a aparecer el talento para la práctica del beisbol.

Así como emigraron hacia Guaymas, Sonora los famosos hermanos Romo, los Plascencia, Cacheux, Frayde y tantos otros con apellidos muy beisboleros, también con rumbo norte, emigraron los Peraltas, Domínguez, Arreola, Meza, Higuera y tantos otros que llegaron para darle más brillantez a Ensenada.

Entre esas familias llegó la de Don Santiago Higuera Aguilar, dedicado a la carpintería, acompañado de su señora esposa, Doña Ramona González Fierro, dedicada, como era común, a los quehaceres del hogar y posteriormente al cuidado de sus doce hijos, que para variar, también era lo usual.

Los hijos e hijas fueron por orden: Goyito, Tavito, Hilda, Cristina, José María, Francisco, Santiago, Jorge, Rosa, Juan, Reyna y Raquel.

El sexto de los hijos “Francisco Higuera González”, desde sus primeros años mostró grandes habilidades para el beisbol, aparte de jugarlo con sus compañeros de escuela al término de la jornada, por las tardes continuaba con la práctica hasta que la noche impedía ver la pelota.

Fue Armando “El Burro” Domínguez, vecino de la colonia y gloria del beisbol ensenadense quien lo bautizó con el apodo de “El Guapo.”

EJEMPLOS A SEGUIR
Sus equipos en la niñez fueron “Caminos”, “Gallitos”, “Cometas”, y “Burócratas”. Sus posiciones dentro del campo siempre fueron las paradas cortas, no hubo fuerza o argumento alguno que lo hiciera cambiar de posición.

Aparte de cualquier terreno que hubiera disponible, o en la calle frente a su casa, solamente existía un campo para desarrollar los juegos de la liga y éste se encontraba en la parte posterior al “Deportivo Antonio Palacios”, parque de beisbol que desde la década de los cuarentas ha sido la “Catedral” del beisbol ensenadense y que por casi 80 años, nada ni nadie en Ensenada, ha sido capaz de sustituirlo por algo acorde a los tiempos actuales.

Los ejemplos a seguir en los juveniles fueron el mismo Armando  Domínguez, Ernesto Salgado, Pedro Guerrero y su ahora compadre Enrique Echave. En primera fuerza,  a los 16 años, Francisco Higuera defendió los colores de: “Mulos de la Cachanía”, “Secc. 22”, “S.O.P.”, “Piratas” y “Frenos Reforma”.

Dentro de esos equipos tuvo la fortuna de contar con compañeros a quienes les fue aprendiendo las técnicas y “mañas” del oficio. Vea nomás que nombres, Marcos Amao, “Zurdo” Sánchez, Ramón Meza, Rubén “Catrín” Meza, César “Gordo” Peralta, Carlos Verdugo, “Tanque” Ibarra, Luis Moctezuma, Ricardo  Montoya, Esteban “Copetes” Lenccioni, Guillermo “Memo” Hernández.

Muy joven aún, participó en los torneos estatales de 1968 y 1969, defendiendo los colores de la “Liga Municipal de Ensenada”, bajo el mando de Miguel “Jilemón” Jiménez, quien como anécdota contaba que: “Llevé al ‘Guapo’ al estatal, solamente porque me conectó un par de home runs en un juego”.

No pasó mucho tiempo para que por su calidad, su fama trascendiera. Recibió invitación de la organización “Diablos Rojos”.  Sin embargo el asunto no pasó de ahí.

BEISBOL PROFESIONAL
Durante una doble cartelera del torneo estatal de 1969, recibe la visita de una persona que trata de convencer que firme para el beisbol profesional, lo cual agradece pero declina la invitación. Días después se entera de que esa persona era Jesús “Pulga” Robles, buscador de talento de los “Tigres” de la capital del País.

Vuelve a la carga Robles, platica con su papá y sus tíos pactando la firma para incursionar al beisbol de paga.

Los “Tigres” contaban con una sucursal en Ensenada dentro de la Liga Norte de México y es a donde asignan al “Guapo Higuera”.

Rápidamente se dio cuenta que las cosas eran muy diferentes al beisbol de aficionados que era el que conocía. Una de sus primeras experiencias y como anécdota, comenta que en unos entrenamientos coincidió con el también jovencito Carlos “Chaflán” López  quien le dijo: “Si te colocas a la distancia, te reviento tu guante nuevo al lanzarte una pelota”, lo que realmente sucedió. Bastó un lanzamiento para que se le reventaran las correas de la caja y, adiós guante nuevo y es que Carlos “Chaflán” López siempre contó con tremendo brazo, tanto así que lo llevaron hasta las mismas Ligas Mayores.

Dentro del nivel profesional, Francisco “Guapo” Higuera vio actuación con los ya mencionados “Tigres”, Yuriria, Guanajuato, en la Liga del Bajío y Aguascalientes en la Liga Central. Sus manejadores fueron, las glorias del beisbol mexicano, Benjamín “Papelero” Valenzuela, David García, Jesús “Pulga” Robles, Alberto Joachín y Silverio Pérez, también recuerda con afecto a uno de sus instructores en los campos de Pastejé, al legendario y miembro del Salón de la Fama del Beisbol, Ronaldo “Ronnie” Camacho.

Entre algunos compañeros que recuerda se encuentran, Rodolfo “Rudy” Hernández, quien llegara a Ligas Mayores con Medias Blancas de Chicago, al ya mencionado ligamayorista Carlos “Chaflán” López, Juan Arvizu, Rafael Ornelas, Leo Guerrero, Blas Mazón, Francisco Mota y más.

Una anécdota dolorosa que cuenta “Guapo” Higuera es que estando él en la caja de bateo y el veloz Eleno Cuén lanzando, éste le metió un lanzamiento entre las costillas, conservando el recuerdo y la marca de las costuras en su cuerpo.

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