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Un hombre de beisbol

Sergio Manuel Inzunza Ramírez cumplió su sueño de jugar beisbol profesional y decidió radicar en Ensenada, donde comparte sus experiencias
lunes, 31 de diciembre de 2018 · 00:00

Ángel Domínguez/EL VIGÍA
adominguez@elvigia.net |Ensenada, B. C.

En su trayectoria profesional, Sergio Manuel Inzunza Ramírez compartió terreno con Vicente “Huevo” Romo, Aurelio López, Maximino León, Héctor Espino, Carlos “Chaflán” López, Nelson Barrera, Francisco “Paquín” Estrada, Isidro “Sid” Monge y Vinicio Castilla, entre muchos otros.

A pesar de no haber nacido en Ensenada, el sinaloense, criado en Acapulco, Guerrero, -donde desarrolló su talento- es una figura reconocida dentro del beisbol local.

En 10 temporadas en la Liga Mexicana, Diablos Rojos, Broncos de Reynosa, Bravos de León, Águila de Veracruz, Plataneros de Tabasco, Cafeteros de Córdoba y Saraperos de Saltillo, tuvieron al “Zurdo” Inzunza en sus filas.

Por espacio de cuatro años -desde 1981- en la Liga de la Costa del Pacífico, perteneció a Mayos de Navojoa, Águilas de Mexicali y Algodoneros de Guasave.

A los 31 años se vio obligado a retirarse debido a la artritis, padecimiento que no le permitió continuar su carrera profesional, razón por la que emigra a Estados Unidos.

En Los Ángeles, California, recordó, “18 años manejé troques por la Unión Americana y aprovechaba para ver beisbol en casi todos los estadios de Grandes Ligas”, además de formar parte de Dorados de Chihuahua en la Liga Mike Brito, consiguiendo el campeonato en 1989.

En ese periodo alcanzó a coleccionar cerca de 50 mil tarjetas de peloteros y cuatro mil artículos autografiados.

En su retorno por la pelota amateur, de 1990 a 1992 vistió la franela de Mariscos Bahía en la Liga Industrial Comercial de Ensenada, alzando el título del torneo 1991, dirigido por Francisco “Frank” Becerra.

Entre 2011 y 2018, en su segunda etapa en el beisbol de paga, Sergio Inzunza ha resultado pieza fundamental en el staff de coaches de Marineros de Ensenada, novena con la que suma tres coronas de la Liga Norte de México.

INICIOS
Antes de trepar a los “cerritos”, el “Caballo” Inzunza se desempeñó como defensa en las selecciones escolares, a las que representó en eliminatoria estatales y pre nacionales.

“En los equipos de futbol de la primaria me incluían porque con la pierna izquierda le pegaba fuerte y en el beisbol empecé grande, como a los 13 o 14 años, cuando mi tío Fausto Ramírez me lleva al darse cuenta que tenía fuerza con la zurda”, expuso.

En sus primeros encuentros alineaba como jardinero central hasta que seis meses después, “un día que nos iban dando una paliza, el mánager me mandó a pichar, saqué los outs que faltaban y desde ahí se dio el cambio que fue de beneficio para toda mi vida”, resaltó.

Ya encaminado en su nueva disciplina deportiva, la familia Inzunza Ramírez se traslada de Navolato, Sinaloa, para Acapulco a principios de los setenta, ya que “a mi papá le dio una embolia cerebral, todos estábamos pequeños y como la familia de mi mamá estaba en Acapulco, decidieron que teníamos que irnos para allá”, comentó.

“Yo era bat boy de la Selección de Acapulco y tuve la suerte de que los mismos muchachos me ayudaban y de observar te vas involucrando, así fue mi proceso por las categorías infantiles, juveniles, segunda fuerza y primera fuerza”, señaló.

PRIMERA OPORTUNIDAD
En 1977, año en el que debuta en nacionales de Primera Fuerza, Inzunza es adquirido por la organización de Diablos Rojos del México.

“Llegué solito a probarme a la Ciudad de México y de inmediato me programaron un juego simulado, antes, entró Benjamín “Cananea” Reyes a preguntarme si sabía lanzarle a los zurdos, aconsejándome que tirara de lado, así lo hice, ponché a Dagoberto “Galgo” Román y le pidió a Mario “Toche” Peláez que me firmara”, detalló.

Mientras se consolidaba en el circuito veraniego, explicó, “los dos primeros años te llaman cuando hay mucha diferencia en el marcador, ya sea a favor o en contra hasta que uno se va ganando el respeto de mánagers, compañeros y rivales”.

Algunos de los “cañoneros” que le tocó enfrentar fueron Jerry Hairston, Jaime López, Jimmy Collins, Miguel Suárez, Mike Easler, Armando “Agujita” Sánchez, Daryl Sconiers y Matías Carrillo, “uno de los bateadores más difíciles de sacar out y hoy en día un buen amigo”.

Sergio Inzunza Ramírez, cuyas mejores temporadas fueron en la Liga del Pacífico, apuntó que “nunca alcancé 90 millas pero sí de 87a 88, mi fuerte era el slider y desde el bullpen ya me estaba preparando para entrar con strike, ya que me metían en situaciones apretadas”.

En invierno, calculó, “en cuatro años, tuve récord de 2-0 con unos 15 o 20 salvados y en la Mexicana, tuve alrededor de 12 ganados y los mismos perdidos”.

“En esa época no le daban mucha importancia a las apariciones, los dueños veían únicamente 30 innings, pero esos, por ser pitcher situacional, eran en 50 o 60 juegos, aunado a que el ‘hold’ de la séptima u octava entrada debe ser el mismo mérito del taponero”, consideró.

La carrera del navolatense se interrumpió a los 31 años por problemas de artritis que “no me dejaba tirar todos los días”.

“Desgraciadamente no brindaban atención médica y te mandaban a tu casa, a diferencia de ahora que cuentan con trainer, masajistas, preparadores físicos, gimnasios, academias y el pelotero se prepara mil veces mejor que antes”, ponderó.

SE ESTABLECE EN ENSENADA
Luego de participar tres campañas en la Liga IC a principios de los noventa, Inzunza regresa en 2008 al beisbol de Ensenada, ciudad en la que contrae matrimonio por segunda ocasión y nacieron sus hijas Alma y Diana.

Sergio Manuel Inzunza fue deportado de Estados Unidos y elige el puerto para residir, ya que “era la ciudad ideal para que mis hijos vinieran de California a visitarme”.

“Trabajé como ampáyer en las Ligas Infantiles y la familia Mancilla me invitó a manejar en la Industrial Comercial”, informó.

MARINERO
José Águila Sández, gerente deportivo de Marineros de Ensenada es el responsable de la contratación de Inzunza en 2011.

“He estado como coach de primera base, coach de banca, gerente de viajes y ya tenemos tres campeonatos, agradezco a Pepe y a la familia Arellano Ledesma que confió en mi trabajo y experiencia”, manifestó.

El “Zurdo”, dio a conocer que “gracias a las relaciones cosechadas desde la década de los ochenta, en invierno, cuando no tengo trabajo, me llaman por mes o mes y medio para pasar la bola en las prácticas, fongueando o en lo que me necesiten”.

En su lista de amistades, Inzunza Ramírez, quien se recupera de una operación de los meniscos de su rodilla izquierda, aparecen: José Luis “Borrego” Sandoval, Víctor “Flamingo” Bojórquez, Humberto Cota, Luis Alfonso García, Édgar González, entre otros.

Aunque el primer lugar lo ocupa Vinicio “Vinny” Castilla, quien “es como un hermano que me cuida, es mi ángel de la guarda y diario hablamos”.

NUEVAS GENERACIONES
“Los jóvenes te oyen, en un mes les empieza a ir bien y creen que ya están listos, aquí existe buen nivel pero podría ser mejor, sin contar que, con excepción de Luis Ceceña y Ricardo Zepeda, no hay pitcheo, y se tiene que traer gente de otro lado todos porque todos quieren batear y fildear”, aseveró.

La clave, continuó, “está en la disciplina, muchos están desubicados, ganan un juego y ya quieren cobrar o amenazan con no jugar, andan en cuatro ligas en un año y es un vicio arraigado en el beisbol local”.

FRASE
“El beisbol me ha dado muchas satisfacciones, amistades que conservo, principios morales del profesionalismo, educación, disciplina y haber aprendido de los Grandes Ligas como Vinicio Castilla, quien fue mi compañero en la Liga del Istmo en mi último año y el primero de él en 1986”.


FICHA:

Nombre: Sergio Manuel Inzunza Ramírez

Fecha de nacimiento: 24 de febrero de 1956

Lugar de nacimiento: Navolato, Sinaloa



 

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