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Los peores incendios de la historia

Los bosques han ardido, el sol ha sido cubierto, el aire se ha viciado y los cielos se han teñido de naranja a causa de los masivos incendios que han azotado la costa oeste de EU durante las últimas semanas, que han sido catalogados como los más grandes en la historia del país
miércoles, 16 de septiembre de 2020 · 01:05

AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

Masivos fuegos forestales azotan la costa oeste de Estados Unidos pese a esfuerzos por contenerlos. ¿Por qué es tan difícil combatir incendios así?

Los bosques han ardido, el sol ha sido cubierto, el aire se ha viciado y los cielos se han teñido de naranja a causa de los masivos incendios que han azotado la costa oeste de Estados Unidos a lo largo de las últimas semanas, los cuales han sido catalogados como los más grandes en la historia del país norteamericano.

En entidades como California, Oregon y Washington se han registrado -a la par de altas temperaturas de récord y continuas olas de calor recientemente- una serie de devastadores fuegos forestales que, hasta el momento, han cobrado la vida de 35 personas y han arrasado con cientos de miles de hectáreas.

Mientras se debate en torno a las causas que han detonado las monumentales llamas que han asolado sin tregua a los estadounidenses durante días, con posturas encontradas respecto al cambio climático y a la mala administración forestal, se han redoblado los trabajos para tratar de contener y de ahogar el avance del fuego. Sin embargo, los esfuerzos no han sido suficientes.

Los más grandes de EU
De acuerdo con el Servicio Meteorológico de Estados Unidos, así como con autoridades regionales de las zonas afectadas, los incendios de este año han sido, en varias zonas, los más grandes en la historia.

Una de las principales acciones de combate ante los grandes fuegos debe llevarse a cabo antes del chispazo inicial. Las labores de prevención -sobre todo en regiones donde año con año ocurren grandes incendios- consisten en una plétora de mecanismos realizados en función de que las llamas avancen al interior de un perímetro delimitado.

Aquí es donde entran procesos como el aclareo y la quema y tala controlada de vegetación con el objetivo de eliminar potenciales fuentes combustibles para el incendio. Asimismo, en algunas zonas propensas a incendiarse se pastorean animales como ovejas o cabras, los cuales se encargan de mantener la expansión de la flora al margen.

Otro de los procesos que se siguen para prevenir grandes fuegos es la demarcación de franjas divisorias , a partir de caminos, vías férreas o barricadas artificiales , entre las áreas de vegetación.

Al momento de que un incendio forestal inicia, la detección de humo es uno de los primeros actos de respuesta que se deben garantizar si se pretende ejecutar un plan de acción óptimo y temprano.

Monitoreo de vigilancia
En entrevista con la BBC, Alexander Held, experto en incendios forestales del Instituto Forestal Europeo, comentó que la mayoría de las naciones con territorios en los que los fuegos son comunes generalmente cuentan con sistemas de alerta.

De acuerdo con el especialista, este tipo de mecanismos se basan en la evaluación de la temperatura, los niveles de combustible, los índices de humedad y la velocidad del viento.

Conjuntamente, explicó el experto, si se determina que la proporción del incendio es demasiado grande, las autoridades locales y regionales ordenan el despliegue de efectivos de bomberos adicionales, quienes acuden al lugar de los hechos para acordonar la zona y asegurar el perímetro.

De igual forma, se colocan camiones cisterna en puntos claves alrededor del incendio y se dan los llamados para que los pilotos de los aviones de combate al fuego se pongan a la espera.

Especialistas en el combate a incendios forestales afirman que los sistemas de vigilancia pueden proporcionar estimaciones del contexto medioambiental para días posteriores, cosa que resulta muy útil para el análisis y estudio del comportamiento de estos fenómenos naturales.

Estrategias de contención
Kirsten Langmaid, bombera de Australia, detalló ante la BBC que -tras la detección inicial de señales de humo- se procede a lo que llamó “el primer ataque”, etapa que consiste en la primera aproximación para intentar contener o suprimir las llamas.

Si la ubicación del incendio es en una zona remota y de difícil acceso, los mandos de combate envían una pequeña aeronave o un helicóptero para que lleve a cabo tareas de reconocimiento y de estimación de la magnitud del problema.

Langmaid explicó que en la primera etapa se utilizan técnicas de extinción en seco y en húmedo. El método en seco se traduce en la creación de límites en torno al fuego con el objetivo de que éste se apague ante la falta de combustible.

Tras la primera hora de contacto con las llamas, los bomberos deben transitar a la fase de ataque extendido. En este momento es crucial la utilización de recursos pesados, ya que, cuanto más tiempo arda un fuego forestal, más grande se hará a causa de la cantidad de elementos que comienza a consumir.

En caso de que el fuego se encuentre cerca de poblaciones -como ha ocurrido en la región californiana este año-, los esfuerzos por apagarlo se incrementan y se incluye la operación, además, de camiones cisterna y de excavadoras para crear zanjas artificiales en el perímetro.

Generalmente, los cuerpos de bomberos se centran al inicio en los flancos del fuego para estrechar el frente de avance del mismo. Esta estrategia requiere del uso de batidores y lanzadores potentes de agua. No obstante, no existe una homologación para las tareas de combate a los incendios, ya que éstas dependen el terreno y del combustible de la zona.

En algunas latitudes del orbe, los aviones de extinción de incendios se envían a la primera señal de humo . Sin embargo, los protocolos de respuesta en las naciones europeas, por ejemplo, establecen que las aeronaves se unirán a las labores de combate a las llamas y rescate hasta tres o cuatro jornadas después del inicio del incendio.

Una vez que se observa que el fuego es demasiado intenso como para proseguir con ataques directos con personal y maquinaria de tierra, se pasa a operaciones de aproximación indirecta. En esta instancia se despliegan tripulaciones de combate lejos de las llamas y se ordena el despegue de aviones y helicópteros de extinción de incendios.

No obstante, este tipo de aeronaves deben regresar a sus respectivas bases al momento en que el humo se vuelve lo suficientemente denso como para entorpecer la visibilidad de los pilotos.

Manejo de población
Los departamentos de bomberos trabajan en colaboración de las unidades policiales, y en ocasiones militares, para realizar operativos de evacuación de los residentes de comunidades cercanas al desastre.

Después de que las llamas se ahogan y se establece un control sobre el avance del fuego, los respondientes comienzan a llevar a cabo labores de limpieza con equipos de tierra y maquinaria.

Aquí es cuando se determina que los efectivos pueden abordar los remanentes del incendio desde cualquier ángulo, dado que la situación ya no representa un riesgo inminente para quienes realizan esta clase de acciones.

En paralelo con la extinción de remanentes, los bomberos se aseguran de movilizar cualquier potencial combustible, como ramas, arbustos y árboles secos.

Debido a que, en condiciones secas, cualquier vestigio de fuego podría iniciar un nuevo incendio, aun varios días después, los trabajos de limpieza se hacen con especial escrutinio.

Finalmente, incluso semanas después de que el incendio se haya consumido y la temperatura de la zona afectada se haya enfriado, se despliegan patrullajes constantes para asegurar que los perímetros sean seguros. Además, se continúa con ejercicios de aclareo.

Por otro lado, algunas naciones, como Australia, implementan sistemas de asesoramiento para tratar a las personas afectadas en relación con el estrés postraumático. Asimismo, se da inicio a tareas de reconstrucción y rehabilitación comunitaria.
 

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