Razones para regresar

AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

En pleno Brooklyn, Felipe porta su sombrero de mariachi y canta por las calles mientras recolecta botellas que pueda vender al reciclaje para mantener a su familia en México, como ha hecho por 17 años.

Contrario a los migrantes que se esconden para no ser deportados, él luce con orgullo un símbolo de su identidad tanto en días buenos como en los nevados, pues su miedo no es regresar, sino quedarse.

El charro cantor en realidad sueña con volver a su tierra a conocer a un hijo que nunca ha visto, pero hay impedimentos para su regreso, narrados en el documental Ya Me Voy, recién estrenado en México.

Vida invisible y precaria
“Estamos muy acostumbrados a ver a nuestros migrantes en su trayecto, pero ya del otro lado los idealizamos o creemos que están en la gloria, cuando otro gran esfuerzo comienza, una vida invisible y muy precaria”, destacó el co director Armando Croda en entrevista.

“Se quedan allá viviendo de manera muy solitaria, hay casos de éxito, como el de Felipe, que por muchísimos años logró sostener a su familia gracias a que estaba allá. Esta película ayuda a entender los sacrificios que ellos hacen al dejar a sus familias”.

Carta de amor
Durante casi tres años, Croda y Lindsey Cordero (co directora) acompañaron a Felipe para retratar su forma de vivir, aunque al principio rechazó la idea porque aseguraba que se iría pronto. Al ver que continuaba en el barrio, los cineastas descubrieron que la historia a contar eran sus razones para quedarse.

“Tres veces tuve el boleto para regresarme, pero lo tuve que cancelar. Mi hijo tenía deudas, ¿cómo me iba a ir? Mi nuera me decía llorando que mi hijo quería hasta matarse porque a quienes le debían llegaban a la casa a amenazarlo y él se sentía desesperado”, recordó Felipe.

Cordero añadió que el filme se planteó como una carta de amor al hijo de Felipe.

“Enseñarle todo lo que su papá había tenido que sacrificar para darle una mejor vida”, dijo la cineasta.