Miradas

Retiro dorado

Especialistas concuerdan en que sería necesario conocer las cláusulas de cada contrato y las condiciones de compraventa para entender por qué varios artistas han vendido su catálogo de canciones a fondos de inversión
miércoles, 3 de febrero de 2021 · 01:22

AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

Especialistas esclarecen verdades detrás de las decisiones de varios artistas de vender el catálogo de sus canciones a fondos de inversión.

Bob Dylan, Neil Young, Dave Stewart (Eurythmics), Debbie Harry (Blondie), Chryssie Hynde (Pretenders), Mark Ronson, Calvin Harris, The Killers y, más recientemente, Ryan Tedder (OneRepublic) y Shakira, lideran la nueva tendencia de vender el catálogo de sus canciones, el grueso de su obra, a administradoras de fondos de inversión por sumas estratosféricas o jugosas cuando menos, pues no siempre trascienden.

Y a raíz de esto han surgido especulaciones y mensajes de impacto hacia ellos en sus redes, debido a que, en primera instancia, pareciera que están vendiendo todo su legado de golpe y dejarían de ejercer sus derechos sobre ello. Pero, ¿qué hay de cierto?

Varios especialistas han publicado análisis sobre el tema en Rolling Stone, Forbes y Financial Times, y concuerdan en que sería necesario conocer las cláusulas de cada contrato y de las condiciones de compraventa para entender por qué estas estrellas lo consintieron.

En México, indica un experto en derechos de autor y editoras musicales, quien pidió mantener el anonimato, el impacto de la venta de un catálogo no se compara con el de los artistas mencionados. El mercado que genera las mayores ganancias por ventas, regalías y explotación musical es Estados Unidos, debido a sus leyes, el poder adquisitivo de la audiencia y el tamaño de su industria de entretenimiento, que es la que produce más dividendos en el mundo occidental. Es evidente que la música en México dista de ser un negocio tan lucrativo como en el país vecino.

Razones de peso
¿Por qué una leyenda como Dylan, a punto de cumplir 80 años, negoció por 400 millones de dólares todo su catálogo? Estas 10 razones ayudan a comprenderlo.

1. El azote de la Covid-19 es el motivo principal para que muchas figuras accedieran a vender sus catálogos y otras lo estén pensando. Se pararon todos los shows, que significaban ingresos brutos directos, y se estima que todo podría volver a la normalidad en 2022, tras dos años perdidos. The Killers, Skrillex y Christina Perri ya dieron el sí con el fin de tener efectivo en tiempos de crisis.

2. Hay razones personales de peso. Rolling Stone y The Globe and Mail atribuyen la decisión de Shakira (de quien no se divulgó el monto del acuerdo) a sus conocidos problemas fiscales en España, donde radica con su familia. No ha tenido conciertos y sus proyectos publicitarios se congelaron. Hoy apenas gana dinero y las administradoras le ofrecieron la cantidad que, estiman, acumularía en los próximos 30, 40 o 50 años. Calculan duplicar ganancias gracias al streaming y derechos de ejecución.

3. Los impuestos son otro factor considerable. En Estados Unidos las estrellas tienen una ventana de pago durante el periodo actual tomando en cuenta que el plan del presidente Joe Biden, durante su mandato, es elevar de 20 a 37 por ciento la tasa impositiva para quienes amasan fortunas o ganan dólares a raudales. Al recibir ahora el cheque por la venta pagarían casi la mitad a hacienda que si deciden esperar y llega la nueva legislación.

4. La “bondad” del dinero contante y sonante. El especialista consultado en México, y otro que trabaja en una multinacional discográfica en Miami, afirman que es determinante la premisa que las administradoras de fondos ofrecen a los artistas y sus equipos: hacen un cálculo del tope máximo de sus ganancias totales en el periodo que, proyectan, les queda de vida, y se lo extienden en efectivo sin tener que esperar año por año para cobrarlo.

5. También puede ser un volado. Los especialistas en negocios advierten que las estrellas que están entrando a este negocio van a la segura, pero con reservas. Hay quien cree que un catálogo, a posteriori, elevará su valía, mientras los más escépticos creen que, con el tiempo, lo que cobran por monetización digital puede diluirse, ya que todo es susceptible de cambio debido a que las leyes en este rubro siguen modificándose.

6. Cada caso es especial. Alguna celebridad podría haber restringido el uso de cierta canción para una marca o contenido digital particular. La función de las administradoras de fondos de inversión es vital para entender este negocio. Se trata de conglomerados que toman el control absoluto del catálogo (para explotación, colocación y administración de ganancias y regalías), manejándolo según su criterio y bajo los acuerdos contractuales.

7. La irrupción en escena de Hipgnosis Songs Fund. Creada en 2018 por el empresario Merck Mercuriadis y el legendario músico y productor Nile Rodgers, se ha hecho con la obra de Bob Dylan, Neil Young, Timbaland, Shakira, Johntá Austin (quien escribió éxitos para Mary J. Blige y Mariah Carey), Sean Garrett (autor de hits de Beyoncé, Usher y Ciara), 50 Cent, Mark Ronson y Barry Manilow. Y es que las administradoras de fondos cuentan con el flujo de efectivo que las editoras musicales no, por eso están llamando la atención de las celebridades.

8. Un mercado en auge. Otras administradoras no se quedan atrás: Primary Wave adquirió el 50 por ciento de los derechos del legado de Whitney Houston, así como el total de los catálogos de Ray Charles y Stevie Nicks; también desembolsó 50 millones de dólares por el de Bob Marley. Por su parte, Concord Music Group ya posee todo el material grabado por Imagine Dragons y busca el de otras estrellas mientras que Vine Alternative le pagó a Calvin Harris los derechos por su catálogo.

9. Condiciones confidenciales. Un matiz esencial para el artista en turno, quien siempre tendrá a su favor, además del reconocimiento autoral, la secrecía sobre cada cláusula contractual a resguardo de medios y fans. Ceden la explotación de su música a cambio de una cantidad irrechazable, que quizás jamás podrían ver junta. Además, The Economist señala que siempre podría quedar una cláusula de revocación. Hay que saber jugar la partida... y ganarla.

10. Mucho ojo. Ya hubo un escándalo sobre este tema de venta de catálogos a una administradora, como fue el caso que protagonizó Taylor Swift, quien no fue avisada de que su disquera le cedió los derechos de su obra a Shamrock Holdings. La cantante arremetió contra el empresario Scooter Braun, beneficiado con más de 300 millones de dólares en la transacción. Swift perdió los derechos sobre sus seis primeros discos y optó por volver a grabarlos.
 

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