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88 aniversario del Hotel y Casino Playa Ensenada

Gordon Eugene Mayer Degroot, quien construyó el edificio más emblemático de este puerto, merece un lugar en la historia
miércoles, 31 de octubre de 2018 · 00:00

Alfredo Derek/Colaboración
Ensenada, B. C.

El ocaso y el olvido llegaron estrictamente para la playa Ensenada a principios de 1939. Lo mismo hizo la mala memoria histórica atrapando al resto de los personajes centrales en su declive con el paso del tiempo.

El origen del esplendoroso Hotel y Casino Playa Ensenada, el recuerdo del constructor y aquel arquitecto también quedaron sepultados de arena a la par con su gloriosa época. En los años venideros empezó a caer en el olvido aquel hombre, quien diseñara el fastuoso lugar: la obra monumental Playa Ensenada, personaje que dejó un gran legado de edificios, casas en Miami Florida, San Diego y las Bahamas.

Recapitulemos la historia y rescatemos la memoria de uno de sus trabajos más emblemáticos que perdura parcialmente en esta ciudad: la construcción que hoy conocemos como el Riviera de todos los ensenadenses.

Autodidacta
El hijo del matrimonio conformado por el alemán Ernst Ludwig Wilhelm Maier y de Georgia G. DeGroot: Gordon Eugene Mayer Degroot nace el 6 de octubre de 1883 en Brooklyn, New York; cursa sus estudios académicos en la Bridgeport High School y en sus inicios trabajo para el First National Bank de Nueva York, convirtiéndose en el mejor vendedor de bonos para la compañía.

Posteriormente, Gordon Degroot empezó a interesarse en la arquitectura de manera autodidacta, iniciando así una larga y exitosa carrera en una oficina de arquitectos en Nueva York.

El ahora amante de la arquitectura europea y colonial es un hombre romántico y enamorado, mismo que contraería nupcias con Clara Estelle Belknap Pendleton el 28 de marzo de 1906; su esposa lo describe como un hombre detallista, ordenado y exageradamente formal a sus 23 años. Esta nueva labor lo llevó a encontrar no sólo su futuro exitoso, sino también un camino distinto a otro amor en puerta del que finalmente lo orilló al divorcio el 17 mayo de 1912 en Bridgeport, Connecticut.

Lamentablemente el joven Gordon demostró abandono y pasión por su primera esposa. Convirtiéndose esta en una separación definitiva y en uno de sus primeros escándalos, en el cual los periódicos locales en Connecticut lo exhibían públicamente debido a problemas de infidelidad. Para Clara Estelle fue la última vez en reunirse con él en diciembre de 1910 y encontrarse de nuevo en 1912, cuando le otorgó el divorcio.

Nuevamente el 5 de septiembre de 1912 contrae nupcias con Saintiella Waterfield en Hoboken, New Jersey, con la que permanecerá en matrimonio hasta su muerte. Surgiendo de ese segundo amor su hija Patricia A. Gordon Waterfield, que nace el 23 de mayo de 1923 en Miami, Dade, Florida.

Reconocido por la prensa de EU
A finales de 1910 Gordon E. Mayer se dedica a apoyar y a realizar dos donativos de $100 dólares a la Bahama Trading Company, empresa dedicada en la negociación y explotación de esponjas de mar, ostras y productos provenientes de las Islas Bahamas.

Para 1915 el ahora joven arquitecto es contratado en una empresa maderera local para dar consultas gratuitas a los clientes, enfocándose en la remodelación de edificios, decoración, diseño de interiores y planes de amueblamiento, así lo informa la misma empresa públicamente en el Miami Herald Sunday en sus apartados comerciales.

Mayer Degroot empezó a obtener reconocimiento por su labor en Miami para 1917, apareciendo varias de sus propuestas en los diarios locales, incluso se anunciaba la ubicación de su oficina en la Avenida 1119 B en el edificio del Hipódromo de Miami. Ese mismo año se muda a oficinas más grandes en el mismo complejo, rentando en esta ocasión tres oficinas en el segundo piso.

En junio de 1917 Mayer decide unirse a la Cámara de Comercio, ganando más reconocimiento público y profesional. Para noviembre de ese mismo año aparecieron en los periódicos locales dos bocetos de propuestas para la construcción de dos residencias de personas sumamente poderosas de Miami; la primera, con una arquitectura de tipo inglesa antigua; y la segunda, una villa española. El proyecto lo inicia con ayuda de Marion I. Manley, la segunda mujer arquitecto registrada en el estado de Florida, quien recibió su certificado en junio de 1918. Manley ahora colabora en la firma de Mayer como asociada acabada la Primera Guerra Mundial, diseñando junto con Gordon prominentes mansiones y casas en Miami, abandonando la firma Mayer hasta 1924, cuando ella abrió su propia firma diseñando para otros empresarios.

Desde esa época empezaba a nacer su interés por esa zona, construyendo varios edificios en esa localidad, incluso muchos años después lo informa un artículo con apoyo de la revista The Rudder en febrero de 1922, en el que describe con entusiasmo su recorrido hecho por las islas, saliendo desde Florida en un viaje fuera de las rutas habituales usadas por los barcos a vapor, dando información práctica a los lectores para planear un viaje fantástico y diferente a los ofrecidos por las compañías turísticas de la época; esas experiencias lo llevarían a realizar sus primeros trabajos de arquitectura.

Reconocimientos
Gordon siempre fue un aventurero aprendiendo por su cuenta casi todos sus conocimientos básicos en la construcción maderera y de diseño, emoción que no daba fin, mismo que lo llevó a mudarse a Miami, Florida, pues el clima del mismo lugar era otra de sus pasiones.

En 1919 Mayer obtiene el reconocimiento nacional al construir la villa italiana conocida como la Villa Regina de Charles L. Briggs en la avenida Brickell; así lo informó la revista The American Architect, el 11 de junio del mismo año, que dedica al ya prestigiado arquitecto 13 páginas de su valioso trabajo, reafirmándole así otro reconocimiento público en la revista The American Architect el 22 de diciembre al construir la villa italiana de la señora Helen S. Pearson, y por su trabajo en la mansión de la señora Caroline J. Brownell en Miami, Florida.

En 1921 el ahora exitoso joven Gordon Eugene se encuentra en los cuernos de la luna formando parte de la Miami Association of Architects, desempeñándose como secretario y tesorero. Al prestigiado profesional le esperaban ofertas exitosas que jamás imaginaría.

Continuará.

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