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Don Miguel León Portilla y su legado californiano

Tuvimos el privilegio de que don Miguel se haya interesado profundamente por la historia de Baja California, dejando importantes aportaciones para el conocimiento del devenir de nuestra península
viernes, 18 de octubre de 2019 · 00:00

CARLOS LAZCANO/COLABORACIÓN
carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B. C.

El primero de octubre, después de un largo coma, falleció don Miguel León Portilla, sin lugar a dudas, el historiador mexicano más reconocido a nivel mundial. Noticia triste, pero que no sorprende debido a su avanzada edad, 92 años, y a que ya desde hace tiempo sufría varios padecimientos.

Lo que quiero comentar aquí es la suerte que tuvimos los mexicanos de contar con un personaje de su nivel, respetado y querido en todo el mundo por su labor como humanista, filósofo e historiador. Sus aportaciones al conocimiento, lingüística y filosofía indígena, especialmente del mundo náhuatl fueron de gran trascendencia y mucho contribuyeron para un mejor entendimiento de nuestros grupos indígenas.

Yo celebro y doy gracias por el privilegio que tuvimos aquí, en Baja California, de que don Miguel se haya interesado profundamente por nuestra historia, y al igual que en el mundo náhuatl, también hizo importantes aportaciones para el conocimiento del devenir de nuestra península.

Por los escritos de don Miguel desfilaron los antiguos californios, la empresa descubridora de Hernán Cortés y otros navegantes de la Antigua California, cartógrafos, soldados, misioneros, rancheros, gobernadores y muchos otros personajes de esta tierra.

RESCATE DE TEXTOS OLVIDADOS
Desde mi niñez me sentí atraído por la historia y los viajes californianos y fue en especial un libro el que despertó en mí esa fascinación por la California mexicana. Me refiero a la “Historia Natural y Crónica de la Antigua California”, escrita por el misionero jesuita Miguel del Barco, quien viviera durante 30 años en la península del siglo XVIII, y fue precisamente don Miguel quien rescató sus textos olvidados, los editó y publicó en 1973, cuando era director del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. Recuerdo que mucho disfruté la lectura de este libro y me inspiró para seguir en los caminos de la investigación histórica.

Los trabajos californianos de don Miguel fueron la base de muchas investigaciones. Sólo a manera de ejemplo mencionaré tres líneas de investigación histórica en las que he profundizado, siguiendo los planteamientos de los estudios de don Miguel.

Quiero hacer énfasis en que sus estudios me han motivado profundamente y me han permitido descubrir otros rostros y visiones de nuestra historia y nuestra tierra.

Iniciaré citando el estudio de los navegantes españoles que descubrieron la Antigua California en la mitad del siglo XVI. Aquí el protagonista es Hernán Cortés. Sobre este tema destaca el libro de don Miguel “Hernán Cortés y la Mar del Sur”, en donde detalla las exploraciones que el fundador de México llevó a cabo por el Pacífico, y cuyo contexto descubriera y explorara la Antigua California.

OTRA CARA DE CORTÉS
A lo largo de este estudio se nos revela otra cara de Cortés que nada tiene que ver con la del fiero conquistador que se nos suele presentar. Esta historia de Cortés en nuestra tierra es fascinante. Junto con la esperanza de los descubrimientos se encuentran traiciones, tormentas, motines, asesinatos, naufragios, luchas por el poder, pero sobre todo hombres audaces que se enfrentaron a mares desconocidos en condiciones tan difíciles que hoy en día nos es imposible imaginar. Cualquier novela se queda corta ante dichas realidades. Pero sobre todo, esas navegaciones nos dejan ver la figura extraordinaria de Cortés, que pudo superar todas las adversidades posibles. Este trabajo de don Miguel me gustó tanto que de él ya he derivado cuatro libros sobre estas primeras navegaciones.

Otro de los temas californianos favoritos de don Miguel es el de su cartografía histórica. Quien no haya leído “Cartografía y Crónicas de la Antigua California” sin lugar a dudas se ha perdido de un magnífico libro y de un importante conocimiento sobre nuestra historia. Este libro marcó el inicio de mis estudios cartográficos peninsulares y desde entonces son los viejos mapas californianos de los siglos XVI al XVIII una de mis más importantes herramientas de estudio.

Aunque los primeros mapas de esta tierra se dieron durante la expedición de Cortés en 1535, no fue sino hasta 1562 que apareció por vez primera en un mapa el nombre “California”, aplicado al hoy Cabo San Lucas. Es la utilización cartográfica más antigua que conocemos del nombre California para un punto de la península.

No es sino hasta 1587 que vemos el mapa más antiguo conocido, en donde la palabra California aparece para toda la península. Igualmente ya he publicado algunos libros y ensayos sobre este tema siguiendo las pistas de don Miguel e inspirado en su obra cartográfica californiana.

El tercer tema de estudio que he seguido, motivado por los trabajos de don Miguel, es el de los misioneros, sobre esos hombres, esos seres humanos que llevaron a cabo la epopeya de iniciar esta tierra. El ya citado libro del padre Barco ha sido parte de mis inspiraciones ya que me conmovió profundamente.

No fue el único libro que don Miguel le dedicó a los misioneros. Varios fueron los textos de misioneros que don Miguel rescató y que nos hacen ver los esfuerzos iniciadores que nos dieron origen, sus valores y esperanzas. Valores como el amor, la fe, la esperanza, la audacia, porque eso eran los misioneros, muy audaces.

LABOR DE UN HISTORIADOR
Precisamente, en eso veo uno de los aspectos más importantes de la obra californiana de don Miguel. En nuestros difíciles días, es de la mayor importancia voltear hacia nuestros fundadores y rescatar esos valores con que nos formaron.

¿Qué tan importante es la labor de un historiador? Está mucho más allá del simple hecho de relatar cronologías o enseñar hechos pasados. En ella está la conciencia de nuestra identidad y del amor por la tierra de cada uno.

Expresamos nuestro agradecimiento a don Miguel, nuestra gratitud por lo mucho que nos ha enriquecido con su trabajo. Mucho apreciamos la honestidad intelectual y su compromiso con la verdad histórica de nuestra tierra. Don Miguel supo amar esta tierra, sus trabajos lo demuestran ampliamente, y nos sentimos muy honrados por ello.

Además de sus numerosos estudios bajacalifornianos, don Miguel fundó el Archivo Histórico Pablo L. Martinez, en La Paz, Baja California Sur, y el Centro de Investigaciones Históricas UNAM-UABC, hoy Instituto de Investigaciones Históricas de la UABC, en Tijuana. Estas dos instituciones han sido fundamentales para el estudio y la promoción de nuestra historia.

Fue hace diez años, la última vez que don Miguel estuvo en Ensenada. Fue para participar en el I Festival de la Antigua California, en septiembre del año 2009, con un trabajo sobre la obra de Fernando Consag. En ese tiempo le rendimos un homenaje a nombre de la comunidad y le agradecimos profundamente su presencia.

Fue desde 1989 que conocí personalmente a don Miguel, lo visité en su cubículo del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. Posteriormente sostuve diversos acercamientos con él, apoyándome en mis estudios. Siempre agradecí su amistad y la de su señora esposa.

Descanse en paz don Miguel León Portilla.

Expresamos nuestro agradecimiento a don Miguel, nuestra gratitud por lo mucho que nos ha enriquecido con su trabajo; mucho apreciamos la honestidad intelectual y su compromiso con la verdad histórica de nuestra tierra

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