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La Guadalupana, primera patrona de las Californias

Por la devoción que le tenían, los religiosos abrieron la primera misión en su nombre en la Bahía de la Paz, Baja California Sur; en honor a la virgen fundaron dos más, y con ella cerraron el ciclo misional al dedicarle la última misión de las Californias, 151 años después, en el Valle de Guadalupe, en Ensenada
martes, 10 de diciembre de 2019 · 00:00

CARLOS LAZCANO/COLABORACIÓN
carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B. C.

Ahora que estamos celebrando un aniversario más, el número 488, de las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe, quiero hacer notar que es larga la relación que existe entre la Guadalupana y las Californias.

Los datos más antiguos que tenemos sobre esta relación surgieron de la navegación de Juan Rodríguez Cabrillo, la que se llevó a cabo entre 1542 y 1543 y recorrió toda la costa del Pacífico de la Antigua California y de la tierra que hoy conocemos como California, Estados Unidos.

El 28 de febrero de 1543 sorprendió a los navegantes una fuerte tormenta en las cercanías del Canal de Santa Bárbara (California, EU), la que a punto estuvo de hacer estrellar las naves contra los acantilados. Los marinos invocaron la protección de la Virgen de Guadalupe y casi de inmediato pasó el peligro. De hecho, esta invocación de la Guadalupana al parecer es la más antigua que se conoce después de las apariciones, ya que ocurrió apenas once años después.

Otra invocación a la Guadalupana se dio igualmente en la Alta California, en circunstancias muy parecidas en 1565, durante la travesía del Pacífico de Alonso de Arellano, al salir de Filipinas para llegar a Acapulco.

PRIMERA MISIÓN: BAHÍA DE LA PAZ
Uno de nuestros grandes misioneros, el padre jesuita Eusebio Francisco Kino fundó, en abril de 1683, la primer misión de las Californias, en la hoy Bahía de La Paz. Esta misión la dedicó a Nuestra Señora de Guadalupe.

Al parecer el padre Kino adquirió pronto la devoción por la Guadalupana. Kino llegó a México en 1681 y, dos años después, ya estaba fundando la primer misión californiana, dedicada a ella como patrona de Las Californias.

El nombre oficial de esta misión fue el de Nuestra Señora de Guadalupe de Californias. Solo funcionó cuatro meses debido a la torpeza de cómo los soldados llevaron la relación con los guaicura, los indígenas milenarios de la Bahía de La Paz. Kino rápidamente se ganó a los indígenas, e incluso alcanzó a elaborar un pequeño vocabulario de la lengua guaicura.

Este proyecto misional se retomó en la región de San Bruno, actualmente a 30 kilómetros al norte de Loreto. En San Bruno Kino restableció la misión e igualmente la dedicó a Nuestra Señora de Guadalupe. Esta era una zona limítrofe entre los grupos cochimí, al norte, y los guaicura al sur.

Su relación con ambos grupos fue excelente y con gusto aceptaron la evangelización. Esta misión duro de octubre de 1683 a junio de 1685. Fracasó debido a varias causas; entre ellas, una severa sequía que azotó la región, y la burocracia con que se manejaron los apoyos para llevar a cabo el proyecto, ya que el financiamiento vino de la Corona española.

Como sabemos, a pesar de este fracaso, Kino insistió en volver a California y para conseguir el permiso convenció al padre Juan María Salvatierra de que lo apoyara. Finalmente, en 1697, el permiso se consiguió, pero Kino no pudo volver.

Salvatierra era muy devoto de la Virgen de Loreto, por lo cual la nombró patrona de las Californias, no tomando en cuenta que Kino ya había designado a la Guadalapuna para este encargo.

SEGUNDA MISIÓN: LA GIGANTA
Sin embargo, los jesuitas no se olvidaron de la Guadalupana. La segunda misión californiana dedicada a la Virgen de Guadalupe fue establecida en plena sierra de La Giganta, el 12 de diciembre de 1720, en un paraje que los indios cochimí llamaban Huasinapí. El significado de esta palabra se perdió, ya que no quedó registro de él. Su fundador fue el padre Everardo Helen. Este paraje se encontraba a 47 kilómetros al oeste de la misión de Santa Rosalía de Mulegé y fue explorado por vez primera por los misioneros Juan de Ugarte y Sebastián Sistiaga, en septiembre de 1719.

El fundador, el padre Helen, era originario de Alemania, en donde había nacido en 1679. Estuvo como misionero en Guadalupe hasta 1735, en que por su mala salud se trasladó a la Ciudad de México. Posteriormente se le envió a los colegios jesuitas del Espíritu Santo, en Puebla, y al de Tepotzotlán, en el hoy Estado de México. Murió en 1757.

Durante muchos años esta fue la misión más norteña de la Antigua California, hasta que en 1728 se estableció la de San Ignacio, unos cien kilómetros arriba. El paraje donde estuvo la misión se encuentra hoy olvidado y de no fácil acceso, en la parte norte de la sierra de La Giganta. El templo misional ya no existe debido a que se derrumbó en 1744, lo que ocasionó la muerte de cien indígenas que en ese momento se encontraban en su interior.

En la actualidad en el territorio que fuera de esta misión se encuentran varios ranchos dispersos, donde sus habitantes actuales viven de una manera sencilla, en cierto modo parecida a la que se tenía en el tiempo misional, ya que los rancheros aún conservan muchas de las tradiciones heredadas de ese tiempo. Entre las cosas que conservan los rancheros se encuentra la imagen original de Nuestra Señora de Guadalupe, la cual conservan en una sencilla capilla en uno de los ranchos de la región.

TERCERA MISIÓN: SAN JOSÉ, CALIFORNIA
Los misioneros franciscanos no dejaron de dedicar una de sus misiones de la Alta California a la Guadalupana. Ésta fue la tercera misión californiana dedicada a ella, su nombre fue San José de Guadalupe, fundada el 11 de junio. Se trató de la misión número 40 de las Californias y la número 14 de la Alta California.

Fue establecida por el padre presidente de las misiones altacalifornianas fray Fermín Francisco de Lasuén. Se localiza a 25 kilómetros al norte de San José, California, muy cerca de la Bahía de San Francisco y a 850 kilómetros al norte de Ensenada.

Su primer capilla fue finalizada en septiembre de 1797, pero su iglesia definitiva se inició hasta 1805, siendo consagrada en abril de 1809. En 1868 un fuerte terremoto destruyó la iglesia. En los años 80’s del siglo XX fue construida una réplica en el sitio original de la misión.

CUARTA MISIÓN: VALLE DE GUADALUPE
Hubo una cuarta misión californiana dedicada a la Guadalupana, me refiero a la misión dominica de Nuestra Señora de Guadalupe del Norte fue fundada en junio de 1834 por fray Felix Caballero, presidente de las misiones de la Baja California.

Se trató del último establecimiento misional de las Californias, cuya existencia fue corta, hasta 1840, en que fue abandonada por los misioneros debido a los ataques de los indios. Esta misión dio nombre al actual Valle de Guadalupe, al norte de Ensenada, famoso por producir los mejores vinos de México.

La misión se localizaba a 45 kilómetros al norte de la ciudad de Ensenada, dentro de la pequeña comunidad de Francisco Zarco, mejor conocida como Guadalupe. De su templo no quedan mas que unos cuantos vestigios.

Curiosa circunstancia es el hecho de que fue con Nuestra Señora de Guadalupe que se abrió la primer misión Californiana, en 1683 en la Bahía de la Paz y con ella igualmente se cierra el ciclo misional al estarle dedicada la última misión de las Californias 151 años después.

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