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Un gruñido playero

El pez gruñón que visita las costas de Baja California en marzo, ha desarrollado una estrategia evolutiva muy peculiar, pues es el único que desova en tierra
sábado, 16 de marzo de 2019 · 00:00

Arnulfo Estrada Ramírez/COLABORACIÓN*
arnulfoestrada54@gmail.com | Ensenada, B. C.

Marzo es el mes cuando nos comienzan a visitar los maravillosos peces gruñón.

Los gruñones son peces que han desarrollado una estrategia evolutiva muy peculiar dentro del mundo animal; es el único pez que prácticamente desova en tierra. Esta particularidad le permite evadir a innumerables depredadores marinos que pudieran alimentarse de sus huevecillos si estos fueran liberados en el mar.

Irónicamente, en sus planes evolutivos no estabamos incluidos los humanos, ya que en muy poco tiempo hemos destruido irresponsablemente grandes extensiones de su hábitat, empujándolos cada día a su extinción.

Historia de vida
Su distribución geográfica es desde San Francisco, California, hasta Bahía de San Juanito, Baja California Sur.

Deben su nombre a un sonido que las hembras emiten cuando están fuera del agua, semejante a un leve gruñido, producido por la contracción de la vejiga natatoria. Son peces relativamente pequeños y su forma es hidrodinámica. Alcanzan su madurez sexual entre los 12 y 15 centímetros de longitud total. Es una de las dos especies de peces de México que acuden de manera masiva a desovar a las playas arenosas que estén entre sus límites de distribución geográfica.

De las dos especies que existen, el Leuresthes tenuis desova en la costa occidental de Baja California en horas nocturnas, durante las mareas más altas de los periodos de las lunas nueva y llena, es decir, dos veces por mes. Esto ocurre en las estaciones de primavera y verano.

La otra especie, Leuresthes sardina, es de hábitos tanto diurnos como nocturnos, y es endémica del norte del Golfo de California. Ésta desova en mayo y junio, también sincronizados con los periodos lunares cuando las mareas son más altas. Ambos casos constituyen un espectáculo único en el mundo, y es aún un misterio para la ciencia ese comportamiento tan peculiar.

La danza del amor
Los gruñones desovan durante unos tres a cuatro días en la arena, justo después de los periodos de marea alta correspondientes a las lunas nueva y llena. Normalmente la temporada se ubica entre febrero y septiembre, sin embargo, los pronósticos de desove para el presente año de 2019, están entre el 6 de marzo y el 1 de septiembre.

Los peces arriban a la playa en gran número de individuos maduros, ayudados por las olas más grandes, haciendo una maniobra de desplazamiento que semeja a los surfistas. Cuando los peces han tocado la arena, se ayudan con movimientos ondulatorios parecidos a los que hacen las serpientes cuando se desplazan. Estos movimientos tienen como objetivo evitar ser arrastrados por la corriente que se genera al regresar la ola, y también el de internarse lo más posible hacia la arena de playa en la que ocurrirá el desove de hembras y machos.

Los peces estarán sobre suelo relativemente seco durante algunos momentos, mismos que la hembra aprovecha muy bien y en cuestión de 10 segundos entierra más de la mitad de su cuerpo en la arena, ayudada con movimientos laterales de su cola (aleta caudal).

El movimiento de las hembras estimula a los machos, los cuales en número de 3 a 4, y en ocasiones se han visto hasta 10, forman un círculo con sus cuerpos. A medida que la hembra se entierra en la arena, disminuyen sus movimientos, y es cuando deposita sus huevos en un número que oscila entre mil y 3 mil.

Los machos son los primeros en regresar al mar. Las hembras tardan un poco más en emerger de la arena y regresarán al igual que los machos, ayudados con los movimientos ondulatorios de su cuerpo y la nueva ola que ha venido a encontrarlos.

Esta danza tiene una duración aproximada de 30 segundos, al término de la cual los gruñones vuelven a su hábitat hasta llegar el nuevo periodo de mareas, y hayan madurado los huevecillos que quedaron en sus gónadas. Entonces, repiten el desove.

El tiempo entre un periodo y el siguiente es de 12 a 14 días. Se cree que cada pez desova al menos 4 veces cada temporada. La madurez sexual la obtienen al año de edad y el promedio de vida de un gruñón es de 2 a 4 años.

Especie vulnerable al desarrollo
Toda playa arenosa es un recurso potencial que puede ser utilizada para diversos usos. Ese solo hecho se convierte en amenaza para el gruñón, debido a que es el único substrato utilizado para construir sus nidos.

Podemos clasificar como de alto y bajo impacto a toda actividad humana realizada sobre la playa, y en esa misma medida el efecto que sobre la especie se ejerce. Por ejemplo, no es lo mismo el impacto de una persona que acude a la playa a caminar o a bañarse, que aquella que realiza rellenos para ganarle terrenos al mar. En el primero de los casos puede que el impacto sea poco, o nulo, mientras que en el otro, destruye por completo el hábitat natural de la especie. Si estas medidas las repetimos, terminamos desplazando a los organismos a otros lugares, y así sucesivamente hasta que reducimos el espacio vital para una especie, y en el peor de los casos, la llevamos al exterminio.

En la Bahía de Ensenada ya se perdieron las playas conocidas como Playitas, Playa Municipal, parte de Playa Hermosa, Nueva España y el Faro Beach, entre otras. Todas ellas fueron rellenadas para proteger construcciones y para ganarle terreno al mar.

¿Que hacer?
La mejor medida es la prevención. Esta misma especie, que en México no goza de protección alguna, en las costas de California es motivo de admiración por parte de un importante sector de la población que habita sus costas. Durante la temporada de reproducción, la gente acude en grupos organizados que pueden pasar de cientos de individuos dedicados a observar el singular ritual reproductivo. Este fenómeno natural se convierte en una experiencia inolvidable para quien llegue a presenciarlo. Además de que también es un buen ejercicio para desarrollar conciencia y respeto por la naturaleza.

Al no contarse en México con alguna medida de regulación, se pueden implementar mecanismos que ayuden a proteger y conservar este valioso recurso. Específicamente, se pueden recomendar las siguientes medidas:
a.- Bloquear los accesos (utilizando bordos de arena, cercas de alambre, cavando zanjas, etcétera) que son utilizados por los vehículos motorizados para internarse a las playas arenosas.
b.- Restringir el uso de caballos para paseos turísticos. Se recomienda que se cabalgue en una zona a más de los 10 metros de distancia, tomando como referencia el nivel de marea más alta.
c.- Realizar rondines diurnos y nocturnos para vigilar las playas arenosas durante todo el tiempo que dure la reproducción de la especie. El personal naval podría apoyar efectivamente esta labor de vigilancia de playas.
d.- Colocar en las principales playas y a la vista de todos los usuarios, anuncios alusivos a la conservación de éstos hábitat, tan importantes para la preservación de los ecosistemas marinos.

Este artículo está basado en observaciones de campo realizadas desde 1980 en las principales playas de la Bahía de Todos Santos, a fin de evaluar los efectos que ejercen las diversas actividades antropogénicas sobre las poblaciones de gruñones que desovan en las playas de Ensenada. Se analizaron alrededor de 2 mil ejemplares.

*El colaborador es cronista de Ensenada.

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