La otra visión del Valle de los Cirios: una riqueza cultural I

Carlos Lazcano Sahagún
carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B. C.

El Valle de los Cirios es una vasta región localizada entre los paralelos 28 y 30 de la península de Baja California.

Debido a la riqueza de su flora y de su fauna, y a lo bien preservada que se encontraba esta región, en junio de 1980 se le decretó como una zona de protección forestal y refugio de fauna silvestre.

En 2000 se le recategorizó como Área de Protección de Flora y Fauna Silvestre, estatus que conserva hasta nuestros días. Se trata del Área Natural Protegida (ANP) de mayor extensión terrestre en México, ya que cuenta con una superficie superior a los 2.5 millones de hectáreas, la que representa más del 10 por ciento de toda la superficie protegida del país. El Valle de los Cirios cubre la mitad sur del municipio de Ensenada, el más extenso del país.

El Valle de los Cirios es conocido sobre todo por ser uno de los desiertos más biodiversos del mundo, ya que se le conocen casi 700 especies de plantas, 230 de aves, 55 de mamíferos terrestres, 55 de reptiles, así como miles de especies de invertebrados. Cuenta con numerosas especies endémicas, algunas en peligro de extinción. Presta importantes servicios ambientales y su gran extensión permite el flujo libre de muchas especies, en particular de aves y mamíferos.

Además de esto el Valle de los Cirios cuenta con una belleza escénica fuera de serie, en la que destacan las visiones del desierto, la sierra y el mar, entre cadenas graníticas, mesetas volcánicas y desiertos de arena. Entre estas visiones destaca la presencia del cirio (Fouquieria columnaris) y el cardón (Pachycereus pringlei), dos de los vegetales más importantes, el segundo se trata de la cactácea más grande del mundo.

Primeros pobladores
La importancia del Valle de los Cirios como área natural protegida no tiene discusión. Sin embargo, en este artículo quiero destacar que esta región cuenta además con una riqueza cultural única e igualmente importante, gestada desde hace miles de años, cuando los primeros seres humanos pusieron pie en esta tierra.

Se calcula que las primeras personas que entraron a la actual península de Baja California lo hicieron hace por lo menos 12 mil años. Algunos de estos grupos venían siguiendo a la fauna pleistocénica, principalmente mamuts y mastodontes. Posteriormente vinieron cambios climáticos que originaron modificaciones ambientales de importancia, lo que obligó a los grupos humanos a adaptarse a ellos. Al mismo tiempo, otros grupos siguieron entrando a la península, algunos por tierra y otros siguiendo la línea de costa, desarrollándose así una serie de culturas muy antiguas, algunas de las cuales dejaron su huella en el Valle de los Cirios.

Una de las huellas más antiguas se pueden observar a lo largo de las costas del valle, tanto del lado del Golfo de California como del Océano Pacífico. Me refiero a la presencia de los sitios llamados “concheros”, originados por la acumulación de conchas de los diferentes moluscos a lo largo de varios miles de años consumieron estos primeros grupos. Es el tipo de sitios arqueológicos más antiguos en Baja California, cuya edad se remonta a al menos 10 mil años atrás. Estos antiguos grupos humanos llegaban estacionalmente a la costa, donde permanecían por varios meses, principalmente en invierno, alimentándose de moluscos, mamíferos y aves marinas, así como de algunas plantas. Son cientos, quizá miles, los sitios de este tipo que se encuentran a lo largo de la línea de costa del Valle de los Cirios.

Otro de los vestigios arqueológicos que nos hablan de una importante tradición cultural en la región, son los sitios de arte rupestre; tanto pinturas como petrograbados, muchos de ellos conservados dentro de cavidades.

Anteriormente se conocían pocos sitios de este tipo, pero en los últimos cuatro años los miembros de la sociedad de la Antigua California, coordinados por el que escribe, han llevado a cabo un registro sistemático del Valle de los Cirios con el fin de localizar sitios rupestres. Actualmente llevan casi 150 sitios, algunos muy espectaculares, lo que habla de una larga tradición, ya que algunos podrían alcanzar una antigüedad cercana a los 5 mil años.

Varios estilos rupestres han sido encontrados a todo lo largo del valle. El más antiguo y llamativo es el estilo Gran Mural, idéntico al de la célebre Sierra de San Francisco, en Baja California Sur, el que ha sido localizado en gran profusión en la parte sur del valle. También se ha encontrado otro estilo de pintura policroma con diseños sumamente abstractos.

En cuanto a los petrograbados han sido encontrados varios estilos de este arte, todos muy abstractos. La antigüedad de los sitios abstractos parece ser mucho más reciente que las pinturas del estilo Gran Mural. Con base en la densidad de sitios rupestres localizados hasta ahora, se calcula conservadoramente que en el Valle de los Cirios deben existir al menos mil sitios de arte rupestre. Se trata de una riqueza cultural de primer orden.

Campamentos indígenas
Otro tipo de vestigios arqueológicos son los campamentos indígenas, los que han sido localizados a todo lo largo y ancho del Valle de los Cirios.

Actualmente en el Valle de los Cirios viven alrededor de 2 mil 500 personas. Se calcula, con base en la presencia de los sitios arqueológicos, que cuando los misioneros jesuitas llegaron a esta región, hacia mediados del siglo XVIII, ahí vivían al menos 10 mil indígenas. En aquellos tiempos, los nativos se encontraban mucho mejor adaptados al difícil medio geográfico del Valle de los Cirios, que la gente de hoy en día.

Cuando los misioneros llegaron al actual territorio del Valle de los Cirios, lo habitaban los indios cochimí. Esta cultura indígena es la que mayormente se extendió por la península, ya que su territorio abarcaba desde Loreto, hoy en Baja California Sur, hasta El Rosario, en Baja California.

Los cochimí vivieron en uno de los territorios más hostiles de la península, precisamente parte de este terreno difícil lo fue el hoy Valle de los Cirios. Sin embargo lograron desarrollar estrategias que les permitieron existir en tales condiciones, logrando crear una cultura material sencilla, sustentada en los escasos recursos naturales que la región permitía.

Los cochimí se extinguieron desde principios del siglo XX al no poder seguir desarrollando su cultura, emigrando la mayoría a las ciudades y pueblos, lo que hizo que perdieran su lengua. Actualmente en el Valle de los Cirios quedan algunos pocos descendientes de cochimí, sus rasgos físicos delatan a la mayoría, pero ya no conservan elementos de su antigua cultura.