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Una agencia espacial, ¿para qué?

Creado en 2010 y puesta en operaciones hasta 2013, la Agencia Espacial Mexicana busca construir sus propios satélites y formar capacidades, tanto humanas como materiales
miércoles, 21 de agosto de 2019 · 00:00

Israel Sánchez/AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

El 21 de julio pasado se recordó el cincuentenario de una proeza: haber logrado trascender las fronteras terrestres y alcanzar la superficie de la Luna.

Aunque Neil Armstrong, protagonista indiscutible de este hito científico y tecnológico, lo acuñó simbólicamente como un triunfo de la humanidad, éste llevaba, inherentemente, el sello de los Estados Unidos.

¿Cómo ser partícipes de la carrera espacial -hoy día reavivada por varios países? ¿Cómo generar una industria en la materia que derive en beneficios sociales y económicos?

En el caso mexicano, se cuenta con una muy joven Agencia Espacial Mexicana (AEM), organismo descentralizado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) creado por ley en 2010 -seis años después de iniciada su discusión-, pero que no entró plenamente en operaciones sino hasta 2013.

“La tarea, el objetivo y, por supuesto, la relevancia y el impacto de la AEM es todo lo que tiene que ver con construir capacidades, tanto humanas como materiales, para las nuevas generaciones en materia espacial”, destaca en entrevista Francisco Javier Mendieta, su primer y hasta ahora único director.

“El sector espacial (nacional) ya está empezando a despegar de manera exitosa con el aprendizaje de lo que podemos hacer bien en aeronáutica, pero incorporándole el pilar que también se desarrolla mucho en México de tecnologías de la información y comunicaciones”.

Su nombramiento
Doctor en ingeniería y ex titular del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Mendieta fue designado en el puesto en 2011 por el ex presidente Felipe Calderón, elegido a través de una convocatoria atendida por una veintena de expertos.

Ratificado en 2014 para otra gestión de cuatro años, el especialista en recepción óptica y láseres cederá a fin de este año las riendas de una agencia cuya autodefinida misión es “utilizar la ciencia y la tecnología espacial para atender las necesidades de la población mexicana y generar empleos de alto valor agregado, impulsando la innovación y el desarrollo del sector espacial, contribuyendo a la competitividad y al posicionamiento de México en la comunidad internacional, en el uso pacífico, eficaz y responsable del espacio”.

Desarrollo de satélites
Desde el principio, la AEM, cuyo presupuesto este año es de 62 millones 246 mil 743 pesos -15 millones menos que en 2018 y muy por debajo de los 100 millones de dólares que Brasil destina a su agencia espacial, y los 19 mil millones de dólares de la NASA-, ha tenido la mira puesta en el desarrollo de equipos satelitales.

A través del Fondo Sectorial Conacyt-AEM, financiaron el AztechSat-1, nanosatélite desarrollado en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla para realizar interconexión y transmitir datos a la constelación satelital Globalstar, y que será puesto en órbita desde la Estación Espacial Internacional en octubre de este año.

“Lo que es importante aquí es que estos satélites se están desarrollando por estudiantes dirigidos por profesores de las universidades, por la AEM y también aprovechando un convenio marco con la NASA para impulsar el talento y formar capacidades. El recurso humano es lo más importante en los temas de alta tecnología, como es el sector espacial”, enfatiza Mendieta.

La relevancia de esto recae en que México finalmente podría iniciar la producción sus propios satélites en lugar de comprarlos fuera: en 1982 adquirió los Morelos 1 y 2 -puestos en órbita en el 85-; después, entre 1993 y 1994, se conformó el Sistema Solidaridad con los satélites Solidaridad I y II.

El Mexsat
En 2010 se integró el Sistema Satelital Mexicano (Mexsat), compuesto por tres satélites: Bicentenario, Centenario -que se desintegró durante su despegue en 2015- y Morelos III. Hasta agosto de 2016, el Gobierno había invertido 19 mil millones de pesos en este sistema.

Dicho Fondo Sectorial Conacyt-AEM es definido por Mendieta como su “programa insignia”, ya que les ha permitido optimizar sus recursos en tanto Conacyt aporta un peso por cada peso que la propia agencia espacial destina a proyectos que atienden necesidades ligadas al espacio.

“Actualmente hemos fondeado cerca de 60 proyectos en todas las áreas: telecomunicaciones; monitoreo del territorio; GPS; astronáutica; cómo es la vida en órbita terrestre, en el espacio; por supuesto, de instrumentación espacial; telescopios espaciales y estamos también en el tema lunar”, detalla.

Convenios que han permitido a estudiantes realizar estancias en centros de la NASA, y una ardua labor de divulgación a través de actividades públicas y de la revista digital “Hacia el espacio” completan los quehaceres de la AEM, que actualmente cuenta con 48 empleados trabajando en dos medias oficinas rentadas en un edificio sobre Insurgentes, en la colonia Guadalupe Inn de la Ciudad de México.
 

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