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RAÍCES

La Virgen de Guadalupe, primera patrona de las Californias Eusebio Francisco Kino, jesuita de origen italiano, vivió sus inicios como misionero y erigió los dos primeros templos dedicados a la Guadalupana en la península
martes, 14 de diciembre de 2021 · 00:51

CARLOS LAZCANO/COLABORACIÓN
carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B. C.

El primer misionero de California fue el padre Eusebio Francisco Kino, jesuita de origen italiano, quien vivió sus inicios como misionero precisamente en esta tierra.

A él correspondió la fundación de las dos primeras misiones peninsulares en 1683, y ambas las dedicó a Nuestra Señora de Guadalupe, ya que era un gran devoto de la Guadalupana.

MISIÓN EN BAHÍA DE LA PAZ
La primer misión instalada en la península fue la de Nuestra Señora de Guadalupe de Californias, fundada por Kino a principios de abril de 1683, hace 338 años, en la bahía de La Paz, dentro de la expedición del almirante don Isidro de Atondo y Antillón.

Entre 1535 y la segunda mitad del siglo XVII hubo numerosos intentos por establecer una colonia en la península californiana, sobre todo en la bahía de La Paz, descubierta por las navegaciones de Hernán Cortés en 1533.

Estos intentos se llevaron a cabo principalmente por empresarios que buscaban desarrollar actividades comerciales, sobre todo basadas en la explotación de perlas. Estos proyectos nunca lograron ser sustentables, por eso fracasaron.

A partir de 1677 el rey de España, cambiando de estrategia, decidió financiar una expedición con el fin de colonizar y evangelizar California. Esta fue puesta bajo la dirección del almirante Atondo, y como presidente del proyecto misional se incluyó al padre Kino, recién llegado de Europa.

La expedición de Atondo no estuvo dispuesta sino hasta 1683. Atondo arribó a la bahía de La Paz el primero de abril de dicho año, y el día 5 tomó posesión de la bahía en nombre del rey de España (ya lo había hecho Cortés en 1535).

Después de la toma de posesión, Kino hizo lo propio a nombre del Obispado de Guadalajara, dando inicio formal a la misión de Nuestra Señora de Guadalupe de Californias:

“En el puerto de Nuestra Señora de La Paz en cinco días del mes de abril ... yo Eusebio Francisco Kino y Pedro Matías Goñi, religiosos de la Compañía de Jesús, en virtud de las licencias y facultades ... que [otorgó] el ilustrísimo señor don Juan de Santiago de León Garabito, obispo de la ciudad de Guadalajara ... tomamos posesión de este reino en este puerto de Nuestra Señora de La Paz, administrando los santos sacramentos con la licencia que para eso tenemos del dicho Ilustrísimo señor a quien todos reconocieron por su legítimo pastor y a nosotros dichos religiosos por sus tenientes vicarios y jueces eclesiásticos...”, dicta el documento.

Después de la toma de posesión los expedicionarios se ocuparon en levantar un pequeño poblado, en donde estaría localizado el templo y otros espacios para facilitar la evangelización, así como las casas de los soldados y trabajos de fortificación.

Kino no tardó mucho en ganarse la confianza de la población guaycura, habitante milenaria de la bahía. Durante su estancia como misionero procuró ser honesto y estar de su lado, defendiéndolos de los abusos de muchos españoles.

Sin embargo, la relación entre guaycuras y españoles empezó a deteriorarse rápidamente debido a la actitud de Atondo y sus soldados. A diferencia de Kino, que veía en cada uno como hijo de Dios, Atondo veía en ellos a enemigos, y siempre los trató con desconfianza, lo cual fue correspondido a pesar de los esfuerzos de Kino. Más bien, los soldados echaron a perder los esfuerzos de Kino por llevar una relación amistosa.

Desde un principio Atondo quiso amedrentar a los guaycura haciéndoles ver la superioridad de las armas españolas, pero éstos les hicieron ver que no les temían y que la superioridad de las armas quedaba anulada por el número de guaycuras, que eran varios miles frente a un centenar de españoles. Esta actitud de los guaycura infundió temor en muchos soldados, y ante los primeros ataques se transformó en pánico, al grado que Atondo temió que sus hombres se amotinaran si no abandonaban la bahía.

En un intento por amedrentar a la población originaria y quitar el miedo de sus soldados, Atondo traicionó a los guaycura: Invitó a los jefes a comer pozole, y cuando lo estaban haciendo les disparó con un pequeño cañón, matando a 10 de ellos. Esto propició el rompimiento de tratos entre españoles e indios y aumentó más el temor de los soldados, ya que pensaron que los guaycura se reunirían por miles para atacarlos hasta matarlos. La actitud de los soldados fue vergonzosa, ni Atondo ni Kino lograron convencerlos de que se quedaran y arreglaran los problemas de otra manera. La latente amenaza de un motín convenció a Atondo de abandonar la bahía y reiniciar el proyecto en otra parte.

Así, a mediados de julio la bahía de La Paz fue abandonada junto con las construcciones del incipiente poblado. Los españoles se fueron a las costas de Sinaloa para reorganizarse y preparar una nueva incursión. Los planes era que el segundo intento se hiciera en el Cabo San Lucas, ya que se sabía los indios pericú que lo habitaban eran más pacíficos que los guaycura. La misión de Nuestra Señora de Guadalupe de Californias duró escasamente cuatro meses.

MISIÓN EN SAN BRUNO
La experiencia de Atondo en La Paz fue muy negativa para avance el misional, ya que los misioneros no pudieron convencer a los guaycuras de volver, sino hasta más de 30 años después. De hecho, por esta mala experiencia con los soldados, los jesuitas procuraron tener muy pocos militares y además tener el control sobre ellos, lo que lograron poco después.

Debido a su corta duración, esta misión es prácticamente ignorada por los historiadores, ya que ninguno la menciona. Pero existió, y fue la primera de todas las Californias. Aunque breve, su experiencia fue importante en la estrategia jesuítica posterior.

En octubre de ese mismo año (1683), la expedición de Atondo regresó a California, pero no a San Lucas, como se había planteado, sino más al norte de La Paz, a un sitio cercano a Loreto, el que bautizaron como San Bruno. Ahí dio inicio una segunda misión, que Kino igualmente dedicó a la Virgen de Guadalupe, sin embargo predominó el nombre de San Bruno, el que Atondo y sus soldados impusieron al poblado que iniciaba.

Esta nueva misión funcionó menos de dos años y finalmente fue abandonada en 1685.

De esta manera nos damos cuenta de que la primer patrona de California fue Nuestra Señora de Guadalupe. Posteriormente, en 1697, cuando se reinicia el proyecto misional por parte de Juan María Salvatierra, la nueva patrona fue Nuestra Señora de Loreto, de quien Salvatierra era un gran devoto.
 

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