Continúa un riesgo inminente por socavón junto a carretera

Luis Miguel Ramírez/EL VIGÍA
lramirez@elvigia.net | Ensenada, B. C. 

Por falta de señalización y/o alguna estructura de contención, persiste el riesgo de accidentes para automovilistas y peatones ante el socavón registrado junto a la carretera Tijuana–Ensenada, tramo Las Rosas, de la delegación El Sauzal de Rodríguez.  
En atención a una queja hecha por un lector, El Vigía acudió a dicho tramo vial del kilómetro 105 + 023, constatándose que el suelo de la franja poniente sigue resquebrajándose, con hoyancos formados casi al ras del carril de circulación vehicular.  
Desde la parte alta y baja del terreno que sostiene la vialidad, se observó que algunos puntos están desgajados a punto de caer al acantilado o incluso sobre las rocas colocadas como parte de una obra realizada por el Gobierno de Baja California. 
La zona de mayor riesgo abarca un tramo de aproximadamente 35 metros de largo, con socavones pronunciados en tres espacios, con tubería de aguas blancas, así como alambrado, expuestas.  
Durante la visita se presenció cuando peatones atravesaban con dificultad el área, pues uno de los deslaves está a un metro del carril derecho -de norte a sur- de la carretera, por donde transitan desde motocicletas hasta vehículos de carga.  

OBRA DE REPARACIÓN
En el tramo afectado está instalado un letrero que señala una inversión de 2 millones 104 mil pesos, para la reparación del socavón, obra ejecutada a través de la Secretaría de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Reordenación Territorial (Sidurt)
Fue a finales del pasado mes de mayo, cuando la dependencia estatal anunció el inicio de dicha obra; de manera inicial sería removida la piedra bola que la marea había depositado, para después construir una barrera protectora.
Para lo anterior, se requirió la colocación de tres capas que se denominan núcleo, capa secundaria y coraza, las cuales llegarán hasta el nivel de la carretera, lo que incluía un relleno de tierra.
Al momento de los trabajos había una cimentación profunda, que llegaba hasta el terreno natural y de ahí se iniciaría la protección costera, para frenar los efectos de erosión por las olas en la tierra.