“Lo hice segura y estoy con vida”

Agencia Reforma
Ciudad de México

Marina, Monserrat, Alejandra y Sandra opinan distinto sobre la maternidad, pero coinciden en que sobre ese tema todas las mujeres deberían tener derecho a decidir.

La misma consigna de las cuatro, quienes asistieron por separado a la marcha por el Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal fue compartida por 2 mil asistentes más a la marcha que salió desde distintos puntos y llegó al Zócalo.

Marina aún no decide si después querrá ser madre. Hace un año tuvo claro que un embarazo, producto de una violación por su ex pareja, no era deseado.

“Fue un proceso dolorosísimo emocionalmente, la violación, el embarazo y pensé en que no me merecía nada de eso y era una violencia que toda la vida estaría recordando.

“Lo interrumpí (el embarazo) porque no fue mi decisión quedar embarazada por un acto tan horrible que aún no supero y que yo no tuve la culpa. Al menos, pude decidir que no quería seguir, lo hice segura y ahora estoy con vida”, contó.

SER MADRE, UNA ELECCIÓN
En cartulinas, lonas, sobre su cuerpo y con pañuelos morados y verdes las asistentes, cubiertas o no del rostro, se unían sin conocerse, en las consignas para exigir que no sólo en casos de violencia sexual se despenalice el aborto.

Algunas se hicieron escuchar con cantos y coros. Monserrat, una joven que dijo haber padecido acoso sexual en diversas ocasiones, mostró su apoyo al regalar cubrebocas morados con el logotipo de “Ni una Menos”. Con ella estaba Alejandra, quien es madre y asistió a la marcha pues espera que todas puedan elegir ser madre como ella o no hacerlo.

“Tenemos que decir fuerte y claro que la despenalización del aborto no nos lo está regalado el Estado. Esto lo hemos ganado nosotras, lo hemos arrebatado en las calles marchando, luchando”, expresó Karen Campos, de la Liga de Mujeres Revolucionarias.

Annie Amaro, de 18 años, también marchó ayer, tenía 14 cuando abortó

Su novio la violaba y la chantajeaba. Annie pidió ayuda a su mamá para abortar, pero no se atrevió a decirle que había sido agredida sexualmente por temor a que no le creyeran.