PALABRA

Fotos, redes y memorias

Por Horacio Moncada González*
sábado, 5 de enero de 2019 · 00:00

Hasta hace poco un elemento común en diversos comercios locales eran las fotografías de la ciudad de Ensenada de antaño. En centros de copiado e impresión, por módicas cantidades, las personas podían adquirir estas imágenes para alimentar la nostalgia y evocar los recuerdos del terruño que se ha transformando.

En nuestra ciudad, debemos reconocer el esfuerzo de los personajes Fernando Araujo Cota, quien recopiló una de las más grandes e importantes colecciones iconográficas del estado, además del escritor Heberto Peterson Legrand, entre otros ciudadanos, quienes han facilitado parte de sus acervos al Archivo Histórico de Ensenada, para garantizar su acceso de forma pública.

Con el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información, diversos organismos ponen a disposición de usuarios de todo el mundo sus archivos digitales, accesibles a través de la red de redes.

En México, la Fototeca Nacional, con sede en Pachuca, Hidalgo, permite el acceso a parte de su catalogo en linea. De la misma manera a nivel regional, el sistema de la Universidad de California (UC) y sobre todo en el campus San Diego (UCSD), hace posible tener entrada virtual a sus colecciones.

Entre ellas se encuentra una importante muestra de documentos y fotografías de 1903, capturadas por el meteorólogo Ford Ashman Carpenter, que son de las más antiguas que se conocen de la sierra de San Pedro Mártir.

También, al archivo pertenecen fotos de los diversas exploraciones hechas por el geógrafo Peveril Meigs, durante un periodo de más de 30 años, en el siglo XX. El recorrió nuestro territorio y registró sitios misionales, ranchos en las sierras y nuestras incipientes ciudades.

Las imágenes pueden ser utilizadas sin fines de lucro, es permitido en la mayoría de los casos con el único requisito de citar la fuente donde se obtuvo el material.

Reconocer a los verdaderos autores

El boom de las llamadas redes sociales ha facilitado el intercambio de fotos antiguas y que un público más amplio las conozca a través de grupos y fan page de Facebook.

Esto ha contribuido, en cierto sentido, a la conservación de estas imágenes, además reacciones del público y la contribución a cosechar la memoria colectiva a través de las historias que se reviven con ellas, sobre todo cuando vienen de un álbum familiar.

No obstante, la emoción  y/o ansia, por no decir dolo, por  compartir alguna foto, provoca que estas imágenes se publiquen sin citar a su fuente original, es decir, la persona o instancia que hizo el esfuerzo de mostrar para acrecentar el conocimiento sobre nuestro pasado.

Tal pareciera que el subir la imagen y obtener reacciones se vuelve un trofeo. Muchos, les colocan sus propias marcas de agua a estas imágenes cuando no son los indicados.

Esto no tendría nada de particular si legítimamente fueran los propietarios pero al menos lo que corresponde es el debido crédito y de esta forma reconocer a quienes preservan nuestras memorias.

*Presidente del Seminario de Historia de Baja California.

Fotografías proporcionadas por el escritor Heberto Peterson Legrand, a través del Archivo Histórico de Ensenada.

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