Vida

Afectan restricciones a adultos mayores

Aunque estas medidas buscan proteger a la sociedad, podrían ocasionar un trato desigual y afectar el estado de ánimo de los ancianos
martes, 1 de septiembre de 2020 · 00:00

AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

Los reglamentos que prohíben o condicionan la entrada de personas de la tercera edad a establecimientos comerciales, por considerarlos un grupo vulnerable ante el Covid-19, navegan en una delgada línea entre el cuidado de la salud y la discriminación.

Aunque estas medidas se han aplicado con la intención de proteger a la sociedad, podrían ocasionar un trato desigual y afectar el estado de ánimo de los adultos mayores, consideran especialistas en la atención y el cuidado de esta población.

“Tenemos que empezar a hacer una diferenciación porque estamos a veces cayendo en temas de discriminación”, expresa la gerontóloga Bárbara Diego, fundadora y directora de Gericare, empresa especializada en atención a adultos mayores.

“Entiendo que siempre es por una buena intención, es por cuidarlos. pero a veces, sin querer, ese cuidar de más llega a vulnerar derechos”.

Durante los últimos meses algunos supermercados, tiendas departamentales y otros establecimientos de diferentes ciudades han negado el ingreso a personas mayores de 60 años, edad a partir de la cual se considera a un adulto como de la tercera edad.

Uno de los principales aspectos a considerar en estas restricciones, señala Diego, es que esta población comprende un rango muy amplio de edad, por lo que no todos los individuos tienen la misma condición de vida ni estado de salud.

“Imagínate a una persona de 60 (años), sana, activa, que está trabajando, que hace ejercicio”, indica. “La estás poniendo en el mismo grupo a lo mejor de una persona de 90 (años) que es totalmente dependiente, que a lo mejor tiene un deterioro cognitivo”.

Si a los adultos mayores se les niega el acceso por ser vulnerables, destaca, existe un trato desigual porque hay personas menores a quienes no se les niega el ingreso a pesar de padecer enfermedades que también los vuelve de alto riesgo.

Pese a que hay comercios que no tienen restricciones para los adultos mayores o que establecieron un horario preferente para esta población, otros negocios han condicionado su ingreso, exigiéndoles ir acompañados de alguien más.

“Estamos diciendo que esa persona, aunque tenga 60 años y esté trabajando, no va a tener la capacidad mental de seguir las precauciones”, apunta Diego, “o está sugiriendo que todas las personas mayores tienen un deterioro cognitivo y entonces no van a saber qué hacer”.

Lo ideal, considera, sería tomar en cuenta la opinión de los adultos mayores para realizar un análisis detallado de la situación y replantear las restricciones.

GOLPE AL ESTADO DE ÁNIMO
Hay personas mayores que han enfrentado las restricciones de la pandemia sin inconvenientes, pues están convencidas de que el propósito es protegerlas, pero a otros adultos la situación les ha impactado en su salud emocional.

“(Conozco) una persona de 94 años que está sumamente deprimida”, comenta la gerontóloga Diego, “dice ‘mínimo tú puedes ir al súper, a mí no me dejan ni entrar’, entonces se sienten discriminados, aislados”.

“Están brotando muchas problemáticas de salud mental que estaban en la línea”.

Como directora de Silver Club, espacio que promueve una vida saludable en personas de la tercera edad, Gabriela Montemayor ha percibido un incremento en casos de depresión en personas que gozaban de buena salud física y mental.

“Me han manifestado que se sienten mal de salir (de casa) porque el resto de la gente les refuerza constantemente: ‘usted es vulnerable’, ‘debería de estar en su casa’, ‘¿a poco no tiene alguien que le ayude (a hacer las compras)?”, expresa la psicogeriatra.

“Hay gente que realmente no tiene alguien a quien pedirle que vaya a hacer el súper o vaya a hacer un pago y lo único que les ha causado es meterles miedo y bajarles todo el tema del estado de ánimo”.

Aunque comprenden que salir de casa es riesgoso, comenta Montemayor, la incertidumbre les afecta porque sienten que ya tienen una edad avanzada y serán los últimos que tendrán permiso de regresar a lo que era su vida cotidiana.

“Yo creo que yo me voy a morir en confinamiento”, le contó una mujer de 90 años a la especialista. “No solamente falta mucho para que esto se acabe, aparte voy a ser la última a la que van a dejar salir”.

En esta época también han notado una afectación en la salud física y cognitiva de las personas, destaca Montemayor, derivado de la disminución de actividades que activaban su cuerpo y estimulaban su cerebro, como ir al supermercado o al banco.

MANTENER VÍNCULOS
La realidad es que estas restricciones van a seguir y van a ser más duras para las personas mayores, apunta la directora de Gericare, por lo que hay que buscar la manera de que esta población mantenga sus vínculos sociales a distancia.

“Una cosa es el aislamiento físico y otra cosa es el aislamiento social”, subraya.

Entre las recomendaciones, aconseja enseñar a los adultos mayores a utilizar las herramientas tecnológicas para que puedan seguir en contacto por medio de internet y no dejar de estar al pendiente de ellos a través de llamadas telefónicas.

 
CÓMO ENFRENTAR EL ENCIERRO
+ Pensar en positivo. Ver la situación desde una perspectiva diferente ayuda a enfrentar la situación con más optimismo.

+ Dosificar la información. Evitar consumir noticias relacionadas con la pandemia todo el día, ya que puede generar ansiedad.

+ Apostarle a la salud. Tomar responsabilidad y buscar mejorar hábitos para alcanzar un estilo de vida saludable.

+ Levantar la mano. Pedir apoyo a algún familiar o profesional en caso de sentirse mal o necesitar ayuda.

CÓMO APOYARLOS
+ No olvidarlos. Estar al pendiente de los adultos mayores a través de diferentes medios, como las llamadas telefónicas.

+ Enseñarles a usar la tecnología. Facilitarles una tableta, una computadora o un celular y ayudarles a utilizarlos para que puedan socializar en línea.

+ Compartir noticias positivas sobre Covid-19. Recordar que hay adultos mayores que superan la enfermedad sin complicaciones a la salud.

+ Impulsar una rutina saludable. Buscar que mantengan horarios establecidos para alimento, sueño, ejercicio, entretenimiento y actividades cognitivas.

+ Estar pendientes. Buscar apoyo profesional ante señales de alarma como alteración de hábitos de sueño o apetito y desorientación en tiempo y espacio.

Fuentes: Bárbara Diego, gerontóloga y directora de Gericare, y Gabriela Montemayor, psicogeriatra y directora de Silver Club.
 

 

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